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Las altas temperaturas de estos últimos días nos indican que el verano ya se acerca y si las personas nos vamos quitando la ropa de invierno por una de más finita y cómoda, algunos animales también agradecen que les quiten el pelo. Ha llegado el momento de esquilar las ovejas, una tarea que antaño se hacía con tijeras, pero era un proceso lento y laborioso. Los tiempos han cambiado y la evolución e innovación ha llevado a que se haga con máquina eléctrica y el motor colgado. Más rápido y menos estresante para el animal.

Este año, con el estado de alarma y la prohibición de movimiento con la suspensión de vuelos, las cuadrillas de esquiladores que año tras año venían a hacer la temporada procedentes de Polonia, Rumanía y Uruguay, este año no han podido venir. Ello ha motivado que los esquiladores locales hayan suplido esta tarea. Entre las muchas cuadrillas está un grupo de cinco jóvenes de Son Valls (Felanitx), todos de raíces foravileres pero dedicados profesionalmente a otros menesteres –excepto uno que se dedica a la agricultura- que en sus horas libres cogen las máquinas y se ponen a esquilar ovejas. Ha sido tanto el trabajo que les ha ido saliendo que incluso han puesto nombre a su cuadrilla: «Son Valls fora pel».

Uno de los integrantes, Andreu Oliver, explica que «los cinco tenemos rebaño de ovejas en casa y nos ayudamos para esquilar nuestras guardes, pero este año los payeses que nos conocen nos han ido llamando que por favor fuéramos a darles una mano». Y es que muchos de los ganaderos que contrataban a los que venían de fuera se encuentran ahora sin tonedors, con el añadido de las enfermedades que pueden acarrear las moscas vironeras, además de las pulgas y garrapatas a los animales. «Cuando llueve en primavera y luego aprieta el sol –como ha ocurrido- es un año de muchos virons. La oveja está mojada y la mosca aprovecha para poner los huevos encima, y cuando nace la larva si no las esquilas, si las pica, puede llegar a matarlas; además las larvas pasan de una a otra con facilidad», comenta Andreu. De ahí la importancia también de esquilarlas.

El bienestar animal es fundamental para los ganaderos.

Los cinco han formado un grupo de whatsApp y son tantas las peticiones que atender en toda la comarca del Llevant y Migjorn que ya tienen apuntados rebaños de 30, 40 o 100 cabezas que suman más de 9.000 ovejas. Tardan una media de menos de dos minutos por cada oveja.

Más pasto

Este año, la gran mayoría son fáciles de esquilar. Ha habido más pasto y ello hace que estén robustas. Si están flacas es más difícil, dicen. Pero por norma general «la oveja mallorquina suele ser fácil de pelar, a no ser que sea vieja o que haya parido», explica Andreu.