Bàrbara Mesquida (izq), responsable de Mesquida Mora y Mireia Oliver, de Can Majoral. | Redacción Part Forana

TW
51

El campo mallorquín es rico en productos y bello en paisajes y parte de este entramado lo forman los cellers. Mireia Oliver Mulet (Algaida, 1979) y Bàrbara Mesquida Mora (Porreres, 1979), son dos jóvenes vinicultoras y amigas. Mireia, geógrafa de formación es la responsable del celler Can Majoral. Por su parte, Bàrbara es el alma del celler Mesquida Mora.

Ambas nos hablan de estas últimas semanas, tan irregulares y sorprendentes para todos en las que «comenzamos con la misma incerteza con la que seguimos hoy, no imaginamos un confinamiento tan largo», comenta Mireia. «Pero nunca se nos han ido las ganas de ir hacia delante y seguir cuidando nuestras viñas», añade Bàrbara. Cuidar la agricultura ecológica en el caso de Can Majoral y la biodinámica en el celler Mesquida Mora.

«Seguimos haciendo vinos de la mejor manera para que la gente los disfrute y lucharemos por mantener vivo nuestro sueño, que además da trabajo y mantiene el paisaje». Ambas aseguran que las ventas cayeron en picado y provocó que no tuvieran prácticamente actividad comercial. «Gran parte de nuestros vinos los consumen turistas, aunque siempre hemos trabajado con la voluntad de poner sobre la mesa de los residentes los vinos mallorquines», explica Bàrbara, a quien Mireia se suma diciendo que «ahora más que nunca es nuestra prioridad». «No consumir producto local en esta situación es un acto terrorista» sentencian, porque los payeses «somos garantía del paisaje, del entorno, de trabajo...». En su argumento encuentran irracional consumir productos de fuera y desechar los de aquí.

Así fue como en medio de toda esta vorágine, elaboraron un eslogan positivo, ‘Recuperam el sonriure?’, y con él y mucha ilusión pusieron en marcha su iniciativa para seguir caminando. Una caja con vinos de ambos cellers: Butibalausi blanc y negre, Sincronia blanc y negre, y Son Roig Trispol. El precio de la caja es de 65 euros y servido a domicilio a cualquier punto de la Isla. Con esta propuesta han visto la oportunidad de acercarse a sus clientes, de sonsacar alguna sonrisa y sobre todo «no solo quejarnos si no también actuar» dice Bàrbara. Todos aquellos interesados pueden escribirles un email a info@mesquidamora.com o a info@canmajoral.com

La iniciativa la emprendieron juntas, y juntas van «pasito a pasito», con la esperanza de continuar con el trabajo y esfuerzo de sus cellers familiares, «como siempre hemos hecho desde hace generaciones en este oficio y encantadas de servir a domicilio» explica Mireia, y es que así es como han abierto nuevos escenarios para el negocio, o tal vez no tan nuevos, «mi abuelo ya entregaba a domicilio con los vinos de Can Jenoi, no hay tiempo que no regrese», concluye Bàrbara.

Finalmente, el cliente debe saber que con la entrega de las cajas de vino, Bàrbara y Mireia le resolverán dudas sobre el mundo del vino. Un valor añadido al producto de Mesquida Mora y Can Majoral.