Carmen Serra, Marga Prohens, Jordi Horrach y Jaime Martínez. | Jaime Verd

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Fue una velada en la que se vivieron un sinfín de emociones y se reconoció el valor y el esfuerzo del deporte en mayúsculas. En el recinto Son Amar se celebró un año más la gran fiesta del fútbol balear, la Gran Gala de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB), con un cóctel-cena que se alargó hasta entrada la madrugada. La noche fue también muy emotiva no solo por esta razón, sino porque se recordó también a los fallecidos a causa de la DANA que ha causado grandes estragos en la Comunidad Valenciana, así como por los que ya no están y nos dejaron la pasada temporada. Fue un momento lleno de emoción que se mantuvo a lo largo de toda la velada.

El público, más de medio millar de personas, disfrutó de una ceremonia que presentó Jaume Colombàs y en la que la FFIB premió a los clubes que el curso pasado se proclamaron campeones en sus respectivas categorías, rindiendo así homenaje a su esfuerzo y de dedicación durante todos estos meses de intenso trabajo. Ese esfuerzo, esa dedicación, centró precisamente el discurso de Jordi Horrach, en el que fue su primer gran evento como máximo representante de la institución.

En un emotivo mensaje, el presidente tuvo primero palabras para su familia, sus padres y su esposa, por el apoyo que le han brindado todo este tiempo, porque «sin ellos nada seria posible». No fueron los únicos parlamentos, ya que la gala contó con la presencia de la presidenta del Govern de les Illes Balears, Marga Prohens, que puso en valor el trabajo que los directivos de los clubes llevan a cabo y dio la enhorabuena «a todos los premiados porque vosotros también sois historia del fútbol des estas Isla».

Fue un entusiasmo que compartieron otras autoridades, como los alcaldes de Palma y Bunyola, Jaime Martínez y Marian Serralta, respectivamente. También ofreció unas palabras la presidenta del Grup Serra, Carmen Serra, que ensalzó la labor de los clubes y de la Federació.

Tras los discursos, muy aplaudidos por los allí presentes, el maestro de ceremonias, Jaume Colombàs, tomó las riendas de la noche, en la que se fueron sucediendo los reconocimientos y las entregas de galardones. El acto finalizó con la entrega de las Botas de Oro que han recaído este año en Mateu Busquets Ferrer, árbitro mallorquín de Primera División y el Illes Balears Palma Futsal, por su doble éxito en la Champions y en la Copa Intercontinental. Sin duda, fue una noche mágica e inolvidable, repleta de emoción y diversión.