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Los programas de televisión, además de divertir y entretener a la audiencia, sirven como altavoz para transmitir mensajes importantes, y muchas veces necesarios, a la sociedad. Esta vez ocurrió en Pasapalabra, de la mano de una de las participantes de una de las últimas entregas del concurso de Antena3. Un discurso en defensa del colectivo trans muy aplaudido en redes que, incluso, sacó una sonrisa al presentador Roberto Leal.

La protagonista fue Jimena González. Procedente de Madrid, la aspirante es doctorada en Filología Románica y en estos momentos está escribiendo una novela de ficción. Jimena llegó para luchar por la 'silla azul' contra Orestes Barbero, pero antes de comenzar el juego pronunció un emotivo mensaje que caló, no solo a los presentes en ese momento, sino a los usuarios de las redes sociales, sobre todo en Twitter.

La concursante es activista LGTBI por los derechos de las personas trans. En una intervención de menos de un minuto afirmó: «Estamos intentando empujar todo lo que podemos por los derechos de las personas trans. No pedimos mucho más. Vivir vidas plenas, libres, dignas, en igualdad de condiciones con el resto de personas». La aspirante confiesa que «tampoco es mucho más lo que queremos conseguir, algún avance hemos logrado...».

Para Jimena este no es su primer paso por un concurso, pero esto lo adelantó su contrincante Orestes Barbero, asustado por el difícil duelo al que se iba a someter. Orestes, uno de los mitos de los concursos y de los mejores participantes que ha tenido el histórico programa Pasapalabra -lleva más de 230 programas solo en esta edición- ha revelado que Jimena ya participó en su momento en uno: Saber y Ganar.

El duelo por la 'silla azul' comenzó fuerte. Los participantes deben responder a varias preguntas cuyas respuestas empiezan por una letra determinada en tan solo cinco segundos. Solo se puede cometer un fallo. Orestes cayó en poco tiempo y tuvo que aguantar la presión, pero finalmente Jimena González perdió la batalla. «Prenda de bebé de vestir de una pieza que deja las piernas descubiertas», fue la pregunta. La respuesta correcta era «ranita», pero no llegó a contestar. «¡Qué bien jugado!», reaccionó Orestes, antes de despedir a su rival.