'Run', escrita por Phoebe Waller Bridge se estrena el 13 de abril en HBO España. | Youtube: HBO España

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La premisa es la siguiente: una mujer aburrida de su matrimonio le envía un mensaje a su novio de la universidad, una sola palabra, 'corre'; si él responde con la misma clave, se reunirán en una estación de tren y escaparán juntos. Run, la nueva serie de las creadoras de Fleabag, llega el próximo lunes, 13 de abril, a HBO.

Phoebe Waller-Bridge, guionista principal y protagonista de Fleabag, comedia revelación del año pasado y triunfadora en los Emmy y los Globos de Oro, es productora ejecutiva de Run, junto a Vicky Jones, que es quien asume esta vez el papel de guionista.

Las dos han formado un tándem desde sus inicios. El guion de Fleabag surgió de las conversaciones entre ambas, Jones dirigió la primera versión teatral que triunfó en el circuito londinense y participó en la escritura de la serie derivada de esa obra que estrenó Amazon Prime Video en 2016 y que finalizó el año pasado después de solo dos temporadas.

«La idea de Run también surgió de una broma que teníamos Phoebe y yo sobre levantarte y salir corriendo sin mirar atrás al encontrarte en alguna situación incómoda y por otro lado queríamos contar la historia de una expareja que se conoce desde hace mucho tiempo y que vuelve a reencontrarse para averiguar si siguen enamorados», explica Jones a Efe en una entrevista telefónica desde Londres.

Run es menos ácida que Fleabag pero también sorprenderá al espectador por su mezcla de tonos. Aunque empieza como una comedia romántica al uso, a medida que avanzan los capítulos -son ocho en total-, la trama se va complicando y derivando hacia el thriller, con momentos muy negros, pero sin perder el equilibrio.

Según Jones, el punto de partida en cuanto a referencias era la trilogía del amor de Richard Linklater por su «naturalismo» y su capacidad para captar pequeños detalles de un modo experimental.

Pero al mismo tiempo buscaban giros innovadores e inesperados y ahí entró en juego el misterio. «Obviamente Hitchcock fue una de las influencias más obvias, por el viaje en tren y las connotaciones sexuales», apunta.

La elección de los actores no puede ser más acertada. La protagonista femenina es la estadounidense Merritt Wever, ganadora de un Emmy por su personaje de Zoey en Nursie Jackie y una de las detectives que investiga una serie de casos de violación en la aclamada Creedme de Netflix.

Wever da credibilidad y muchos matices a esa Ruby Richardson que puede ser una mujer cualquiera, aburrida de su vida de madre de familia de extrarradio y que añora recuperar su parte más gamberra y divertida.

Dice Jones que le interesaba explorar la contradicciones que sienten muchas madres que relegan una parte de sí mismas para hacerse cargo de sus hijos y también entre ese deseo por agradar y complacer a los demás frente a un sentimiento de rebeldía interna.

El protagonista masculino es el pelirrojo irlandés Domhnall Gleeson, curtido en comedias románticas como la inolvidable «Una cuestión de tiempo» de Richard Curtis y también en grandes sagas como Star Wars (es el malvado general Hux) o Harry Potter.

En Run Gleeson da vida a Billy Johnson, el exnovio convertido en escritor de éxito de libros de autoayuda que también parece querer empezar de nuevo, aunque sus intenciones no están del todo claras y menos aún cuando aparece en escena la actriz que interpreta a su ayudante, Archie Panjabi, que no es otra que la Kalinda de The good wife.

Juntos, Gleeson y Wever transmiten a la perfección esa química de los antiguos amantes, atraídos por lo que una vez hubo entre ellos y, sobre todo, por lo que pudo haber sido y no fue, a la vez que desprenden inseguridad, vulnerabilidad y ocultan cada uno sus propios secretos.

Run engancha por ser una fantasía al alcance de casi cualquiera: sentirse atrapado y estancado en la vida y soñar con dejarlo todo y reinventarse y además hacerlo dentro de un acogedor tren en marcha, con vagón restaurante y un bar con amables y discretos camareros que sirven todo tipo de cócteles.

En medio de una situación de pandemia, la fantasía cobra más fuerza si cabe.