Los aficionados evidenciaron su indignación con la decisión de la UEFA de expulsar al equipo de la Europa League. Una gran pancarta con el mensaje «El año que nos robaron Europa» presidió el arranque del partido. Queda la Liga y la Copa, pero en Son Moix nadie olvida. | Monserrat

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Media hora de partido entre el Mallorca y el Atlético de Madrid. La afición ha expresado su indignación con la UEFA, sobre todo a través de pancartas situadas en diferentes puntos de la grada y justo cuando se cumpía el minuto 30 empieza a escucharse un mensaje sonoro proveniente de uno de los fondos. «Nando vete ya, Nando vete ya», en clara alusión a la marcha del todavía director deportivo. Después le siguió un fuerte «Nando Pons dimisión», que se repitió una y otra vez escuchándose por todos los rincones del estadio.

Hasta ahora el técnico encargado de los fichajes había recibido alguna pitada, sobre todo a raíz de que este periódico descubriera las historias paralelas a su trabajo y que tenían más que ver con la venta de pisos que con otros menesteres. Sin embargo, el sábado se evidencio que los aficionados están ya hartos de esta situación y exigen su marcha de las oficinas.

Pons no estaba ocupando su habitual sitio en las inmediaciones del palco presidencial. Nadie le vio. En ese lugar en la tribuna estaban los rostros que iluminan este nuevo proyecto. Serra Ferrer y Pep Sansó. Pedro Terrassa y Sebastià Nadal, junto a Jaume Cladera y Biel Cerdà, pero ni rasto de Nando. El director deportivo además se ha quedado muy solo en la planta noble del estadio. A falta de que se concrete su salida por parte de los administradores concursales, estos últimos días sucedió lo inevitable, que parte de sus fieles colaboradores, cruzasen el pasillo principal y acudiesen a la puerta de Serra Ferrer para ponerse a su disposición. Hombres como Manolo Molina, por ejemplo, o incluso el propio Francisco Navarrete, que pese a estar fuera del club, sigue colaborando para poner al día a Serra de lo que ha sido su trabajo, han mostrado su colaboración en el nuevo proyecto del 'pobler'.

Esto ha indignado hasta límites insospechados a Pons que en estas horas, de no surgir más novedades, se quedará sin Marcos Martín. El ex jugador, que gozaba de un cargo en Son Bibiloni, no firmó su finiquito al exigir una cantidad de 1.400 euros para completar su 'último servicio'. Los administradores concursales estudiaron los motivos de su reivindicación y todo indica que dejará solo a su amigo Nando.

Serra también cuenta en estos momentos con el apoyo de Sebastià Socías, que trabajaba en el apartado de informática y con Gabi Vidal y ha recuperado a Óscar Montiel, que será el delegado de campo. Nando les tenía casi a todos ellos a su lado en su época de esplendor. Su empecinamiento en no llegar a un acuerdo para salir del Mallorca ha motivado que los administradores concursales hayan pasado a la acción en todos los sentidos y hoy mismo presentarán una demanda de reintegración en el juzgado instando al juez a que oblige al director deportivo a devolver el millón de euros que le regaló grande. Desde que Serra se hizo con el control del club, su trabajo, tanto por lo que hace referencia al primer equipo como a la organización de Son Bibiloni se ve seriamente ralentizado a detenido por completo por la permanencia de Marcos y Pons en el club.

Ahora el director deportivo está probando la que muchos años ha sido su medicina, cuando iban pasando propietarios y accionistas y habitualmente se acercaba a quien podía tener una posición fuerte en el club. El resto de forma escalonada ha entendido que Serra es ahora el jefe. No quiere decir que todos sigan, pero no pretenden poner zancadillas al nuevo proyecto. Pons no lo entiende así.