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El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió ayer a España reformas «urgentes y decisivas» para reparar un mercado laboral «que no funciona», sanear las finanzas públicas y transformar las cajas de ahorros para que se parezcan más a los bancos. Tras una visita al país, los expertos del organismo dirigidos por su presidente Dominique Strauss-Kahn pintaron un cuadro pesimista de la economía española, desde una productividad «anémica» y un alto endeudamiento público y privado, hasta una baja competitividad y una burbuja inmobiliaria que sigue desinflándose. Los mercados bursátiles se han fijado en particular en los elevados números rojos del Gobierno, pero ésa fue el área en la que el Fondo fue más magnánimo.
Respaldo
En un comunicado emitido al final de la visita, el organismo respaldó los planes del Ejecutivo de reducir el déficit en más de 5 puntos porcentuales del PIB este año y el siguiente, para lo cual ha bajado el sueldo a los funcionarios públicos y reducido la inversión, además de otras medidas dolorosas. Donde el Fondo puso énfasis fue en una agenda de reformas de gran calado que cambiarían la fisonomía de la economía española.
En el terreno del trabajo, el FMI no se anda con circunloquios. Quiere una reforma «radical» porque en su opinión el mercado laboral español simplemente «no funciona», dice el comunicado. El FMI propone reducir las indemnizaciones por despido, cambiar el sistema de negociación de los salarios en los convenios colectivos para dar más flexibilidad a las empresas y suprimir la vinculación de subidas de sueldos a la inflación.
Como parte de la redefinición del modelo económico tras el hundimiento del modelo basado en la construcción, España debe reducir el tamaño de su sector financiero, pero el proceso hasta ahora ha sido «demasiado lento», según el Fondo.