El conservador David Cameron y el liberaldemócrata Nick Clegg (c), con el resto del Gobierno tras su primera reunión. | Reuters - ANDREW WINNING

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El nuevo Gobierno británico mantuvo ayer la primera reunión ordinaria del Consejo de Ministros, tan sólo 24 horas después del nombramiento del gabinete que, por los próximos cinco años, formarán la inédita coalición de conservadores y liberaldemócratas.
Una de las decisiones adoptadas en este estreno fue la bajada de sueldo de un 5 por ciento para los miembros del Ejecutivo, en respuesta a las ajustadas circunstancias económicas que atraviesa el país y que, según advirtió el nuevo titular del Tesoro, George Osborne, «lo eclipsarán todo».
El encuentro estuvo encabezado por el primer ministro, el 'tory' David Cameron, quien ocupó un asiento central en la mesa, enfrente a su nuevo número dos, el liberaldemócrata Nick Clegg, con quien se repartirá la máxima responsabilidad en el mantenimiento del orden interno de la alianza, a partir de una comisión especial que copresidirán para vigilar las relaciones y lidiar con virtuales desacuerdos.
Primer 'tándem' en 70 años
Se trata del primer Ejecutivo compartido en las islas en 70 años y, a pesar de la sintonía entre sus dos cabezas visibles en la comparecencia en la que explicaron el acuerdo, existen todavía dudas acerca de las futuras relaciones entre los socios. Por ello, en su estreno, una vez establecida la hoja de ruta en un documento de siete páginas, el elemento central fue la necesidad de impedir filtraciones sobre diferencias que puedan surgir, a fin de evitar desestabilizar la imagen institucional del Gobierno.
Entre las consecuencias prácticas de este desafío que los nuevos altos cargos pudieron comprobar figuró el veto a los teléfonos móviles durante la reunión, que se mantendrá en todos los consejos futuros. En cualquier caso, al término del encuentro, todos los participantes destacaron el «constructivo ambiente» generado en el arranque de la alianza.
Además, aprovecharon para confirmar las prioridades del Ejecutivo que, como figura en el acuerdo sellado el martes, sitúan en primer lugar combatir el severo déficit de las arcas públicas. Se trata de siete páginas para alumbrar lo que han calificado ya como una «era histórica» y en las que la economía ocupa hasta cuatro de los once apartados que establece el documento.