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Los 17 envasadores integrados en la Denominación de Origen 'Oli de Mallorca' comercializaron el año pasado un total de 90.899 litros de aceite, lo que supuso un descenso del 8'7 por ciento respecto a 2008, según informó ayer el presidente de la entidad, Josep Oliver.

Oliver indicó que esta caída «no satisface» a la Denominación de Origen pero destacó que 2009 fue comercialmente «muy difícil» y que «comenzó muy mal», con descensos de ventas del 48 por ciento en los primeros trimestres del ejercicio, una tendencia que se corrigió a lo largo del año.

El presidente de la Denominación de Origen atribuyó la caída de ventas a la coyuntura económica. Destacó en este sentido que el consumo de aceite en el sector de restauración descendió un 27 por ciento y que las ventas de productos de alimentación al sector turístico bajaron un 9'5 por ciento, según datos publicados por el Ministerio de Agricultura y del Instituto Nacional de Estadística, respectivamente.

De acuerdo con la información facilitada por la Denominación de Origen, las ventas de aceite de Mallorca se incrementaron más de un 6 por ciento en la Península y mercados exteriores, mientras que descendieron un 12 por ciento en las Islas.

Josep Oliver afirmó que, «un año más», los productores integrados en la entidad «sacrificaron cantidad en favor de la calidad, de manera que se ha obtenido un rendimiento de 16 litros de aceite por cada 100 kilos de oliva, uno de los más bajos de España y muy alejado de los rendimientos superiores a los 20 litros de otras regiones», afirmó.

El presidente de la denominación de Origen indicó en este sentido que la reducción del rendimiento y el adelanto de la cosecha «han permitido incrementar la intensidad y la calidad de los aromas de los aceites de Mallorca», en un año que meteorológicamente calificó de «favorable» para el sector.

Oliver manifestó por otra parte su «satisfacción» porque los payeses han podido comercializar la oliva a un «precio digno», de 3'1 euros el kilo la picual y más de 5 euros la mallorquina, muy por encima de los 1'9 euros el kilo de la Península. Oliver consideró que sin la Denominación de Origen «sería muy difícil vender la oliva y mucho menos a un precio digno».

El acto finalizó con una cata de aceites de la cosecha 2009.