John Boehner, hasta ahora líder de la minoría republicana en la Cámara baja del Congreso, pasará a ser el número 3 de la política estadounidense | Joan Juanico

TW
1

Votantes desencantados sacaron a los demócratas de la presidencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y fortalecieron su presencia en el Senado, en una elección que significa un fuerte revés para el presidente Barack Obama. Dos años después de que Obama llegó a la Casa Blanca, la ansiedad entre los votantes por la débil economía y el descontento sobre su liderazgo impulsaron una remontada de los republicanos, que sacaron del cargo a la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, y anuncian una nueva era de Gobierno dividido. Cadenas de televisión proyectaban que los republicanos ganarán al menos 50 asientos adicionales en la Cámara baja, más de los 39 que necesitan para alcanzar una mayoría que permitirá que el conservador John Boehner se convierta en el nuevo presidente de la Cámara de Representantes.

Su victoria les permitirá poner a republicanos al frente de las comisiones de la Cámara baja y frenar la agenda de Obama. Este es el cambio más grande en el balance del poder desde que una victoria aplastante de los republicanos en 1994 les permitió ganar 54 escaños adicionales en la Cámara de Representantes cuando el presidente demócrata Bill Clinton estaba en el poder. «Nuestra nueva mayoría estará preparada para hacer las cosas de una manera diferente», dijo Boehner a partidarios en un céntrico hotel de Washington. «Comienza con reducir el gasto en lugar de aumentarlo, reducir el tamaño del Gobierno en lugar de aumentarlo, y reformar al forma en que funciona el Congreso», agregó.

Obama realizó una llamada nocturna a Boehner para felicitarlo y discutir formas de trabajar juntos para crear empleos y mejorar la economía, dijo un asesor de Boehner. El líder demócrata del Senado, Harry Reid, logró una victoria en la carrera de mayor perfil por un puesto en el Senado después de una dura campaña frente a la favorita del Tea Party Sharron Angle en Nevada. Los demócratas ganaron carreras clave en Virginia Occidental y California, donde las cadenas proyectaron que la senadora Barbara Boxer será reelecta, lo que les permitiría mantener una leve mayoría en el Senado.

El control republicano de incluso una cámara en el Congreso daría paso a un mayor estancamiento legislativo, debilitando el poder de Obama en la lucha por extender recortes impositivos que pronto expirarán y la aprobación de iniciativas de ley sobre energía e inmigración. «La capacidad de este Gobierno de realizar nuevos programas grandes ya era limitada. Esto sólo lo hace patente», dijo Jaret Seiberg, analista político de la firma de inversión Washington Research Group. Los futuros de las acciones de Estados Unidos retrocedieron desde sus ganancias anteriores a medida que las opciones de los republicanos de ganar el Senado se desvanecían. Con sondeos de opinión que favorecían a los republicanos, los mercados habían apostado a que la oposición triunfara en la Cámara baja y los demócratas conservasen la mayoría del Senado.

Inversores dijeron que el resultado de la reunión del miércoles de la Reserva Federal será de mayor importancia para el mercado. La Fed debería anunciar que inyectará miles de millones de dólares a la economía para acelerar la recuperación. Los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 37 asientos del Senado y 37 de las 50 gobernaciones estatales estuvieron en juego en la votación del martes. Cadenas de televisión dijeron que los sondeos a boca de urna mostraron que los votantes están profundamente preocupados por la economía, por lo que ocho de cada 10 votantes dicen que es su mayor interés, y que están descontentos con Obama. Cuatro de cada 10 votantes dijeron que apoyaban al Tea Party y cerca de tres cuartos creen que el Gobierno no funciona adecuadamente.

Los republicanos derrotaron a cerca de 30 demócratas y los sacaron de la Cámara de Representantes, incluido el veterano Ike Skelton. el presidente de la comisión de Servicios Armados y John Spratt, presidente de la comisión de Presupuesto. En el Senado, los republicanos ganaron los escaños de demócratas en Indiana, Wisconsin, Dakota del Norte, Pensilvania y Arkansas, al igual que el previo puesto de Obama en Illinois. Los demócratas conservaron el escaño del difunto Robert Byrd en Virginia Occidental, Boxer ganó en California y Reid en Nevada.

El republicano de Florida Marco Rubio y el republicano de Kentucky Rand Paul se convirtieron en los primeros candidatos del Tea Party en ganar escaños en el Senado, asegurando la llegada de visiones más conservadoras a la cámara. Otra favorita del Tea Party, la republicana Christine O'Donnell de Delaware, perdió su postulación.

El Tea Party crece

La molestía con el gasto del Gobierno y la debilidad de la economía propiciaron el auge del Tea Party, un movimiento conservador que apoyó un mensaje de un gobierno de menor tamaño y menos impuestos. «Es un mensaje que llevaré conmigo desde el primer día. Es un mensaje de salud fiscal. Es un mensaje de un gobierno limitado por la Constitución y presupuestos equilibrados», dijo Paul a sus partidarios en Kentucky. Los republicanos ganaron al menos nueve gobernaciones adicionales de manos de los demócratas, incluido el estado de Ohio, y mantuvieron sus cargos en Texas, una carrera con importantes implicaciones para la reestructuración de distritos congresionales que se da una vez cada década y comienza el próximo año.

El demócrata Jerry Brown ganó en California en la carrera para reemplazar al republicano Arnold Schwarzenegger. Obama realizará una conferencia de prensa a las 13.00 hora del este (1700 GMT) el miércoles para hablar sobre el panorama después de la elección. Dick Durbin, el segundo demócrata en importancia en el Senado, dijo que no se aprobaría una ley importante sin datos de los republicanos. «Nosotros necesitamos ir más allá de la discusión partidista y entrar a una conversación real sobre la aprobación de leyes que este país necesita», dijo a Reuters. Los candidatos republicanos han presionado por una agenda de recortes al gasto y al menos una revocación parcial de las reformas al sistema de Salud y Financiero, pero Obama podría vetar sus esfuerzos.