Trasladan a uno de los heridos. | BENOIT TESSIER

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La Policía francesa desbloqueó hoy a la fuerza la refinería de Grandpuits, a las afueras de París, una de las mayores del país y que había sido paralizada hace diez días por los huelguistas que protestan contra la reforma de las pensiones.

El desalojo ha causado tres heridos, según el coordinador del sindicato CGT en la empresa petrolera Total, Charles Foulard, quien denunció que la acción policial significa «la supresión del derecho a la huelga» por parte del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Agentes del cuerpo de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) de la policía nacional llegaron de madrugada a la planta y los trabajadores formaron una barrera para impedir que entraran.

A primera hora de la mañana, esa barrera fue traspasada a la fuerza por las fuerzas de la policía.

El desbloqueo se produce en el día en el que se prevé que el Senado vote el conjunto de la reforma y en la víspera de las vacaciones de otoño de los estudiantes, que todavía hoy mantenían bloqueados cerca del 5 por ciento de los institutos del país, según el Gobierno.

Tras la operación, el Ministerio del Interior explicó que la intervención policial, «estrictamente necesaria», se desarrolló «en calma» y sin que hubiera que «lamentar ningún incidente».

«El único objetivo de esta operación es volver a disponer de los 'stocks' de carburante», para «permitir a los servicios públicos y, sobre todo, a los de servicios de socorro cumplir con sus misiones» y para «asegurar el derecho de cada uno a la libre circulación», agregó el Ministerio en un comunicado.

Bloqueos

Las doce refinerías de Francia llevaban más de una semana bloqueadas por los huelguistas que protestan contra la reforma para retrasar dos años, a los 62 la edad mínima legal de jubilación, lo que obligó a cerca de un tercio de las gasolineras del país a echar el cierre por falta de aprovisionamiento.

El Gobierno, que avisó de que no permitiría que Francia cayera en una penuria de carburante, había desbloqueado en los últimos días varios depósitos de gasolina paralizados por los sindicatos de camioneros y había aplicado algunas medidas para restablecer el aprovisionamiento.

El ministro de Transportes, Jean-Louis Borlo, afirmó hoy que en estos momentos entre el «20 y el 21 por ciento» de las estaciones de servicio continúan vacías, lo que representa una «lenta mejoría» respecto a los últimos días.

El Gobierno, que ha reiterado que elevar la edad de jubilación es indispensable, se esfuerza por insuflar normalidad a un país sumido en una protesta masiva contra una ley muy contestada.

No en vano, el 69 por ciento de los ciudadanos aprueba «las huelgas y las manifestaciones» contra el proyecto de ley frente a un 29% que se dice en contra, según un sondeo del instituto demográfico BVA difundido hoy por «Canal Plus».

Sin embargo, la misma encuesta muestras que la mayoría de los franceses (52%) desaprueba el bloqueo de las refinerías, que amenazan con paralizar el tráfico rodado del país.

La votación de la reforma en el Senado ha ido retrasándose en los últimos días más de lo que quería el Gobierno porque la oposición ha alargado el debate parlamentario.

La protesta se reanudará en la calle el próximo 28 de octubre, jornada en la que los sindicatos han convocado una nueva huelga, que se añade a las convocadas durante las últimas semanas.

Además, los sindicatos convocaron a los franceses a una nueva jornada de manifestaciones el próximo 6 de noviembre, alrededor de la fecha en la que está previsto que Sarkozy firme el texto de la reforma salido del Parlamento, lo que marcará su definitiva entrada en vigor.