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El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Balears, Francisco Riera, confirmó ayer que ha recibido numerosas protestas de imputados en causas de corrupción y letrados sobre el mal estado de los calabozos de la Policía Nacional y que, por ello, prevé entrevistarse con los mandos de la Jefatura.

«Es un tema que nos preocupa y sobre el que constantemente estamos recibiendo quejas», explicó Riera tras participar en una ceremonia civil en memoria de los colegiados difuntos, y en el homenaje a los abogados que han cumplido 25 y 50 años de colegiados.

Las protestas se han recrudecido tras la estallido de la 'operación Pasarela'. Varios detenidos hicieron públicas sus críticas por las condiciones higiénicas de las celdas, donde la mayoría de ellos ha tenido que permanecer 72 horas antes de pasar a disposición judicial.

El decano de los abogados, Joan Font, presidió el acto celebrado ayer en el salón de actos del Colegio, y al que también asistieron, entre otros, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears, Antoni Terrasa, el fiscal superior de Balears, Bartomeu Barceló, y la presidenta del Consell de la Advocacía de Catalunya, Lidia Condal. Dos de los cuatro abogados que recibieron las insignias de oro y diplomas, son ex decanos, Bartolomé Sitjar (que excusó su asistencia) y Lorenzo Ros.

Uno de los momentos más emotivos se vivió con el discurso pronunciado por Mateo Riera, letrado afincado en Manacor, quién recordó diversas anécdotas del funcionamiento de la justicia en la década de los sesenta.

La letrada catalana Lidia Condal, que clausuró el emotivo acto, abordó la enorme importancia del abogado en estos tiempos y destacó que el profesional del Derecho no puede convertirse en un «comerciante del asesoramiento». Apostó, en ese contexto, por la constante evolución del abogado y apeló a su capacidad para adaptarse a las nuevas exigencias, «siempre con el máximo respeto a las normas deontológicas», subrayó.