Los presidentes de turno y permanente de la UE, en su comparecencia de ayer. | Reuters - THIERRY ROGE

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El Consejo Europeo acordó ayer encargar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, las propuestas que llevarán los 27 a la cumbre del G-20 que se celebrará el 26 y 27 de junio en Toronto (Canadá).
Zapatero se felicitó del acuerdo alcanzado por los líderes europeos para elaborar una posición común. «El futuro económico de la UE no va a depender sólo de lo que hagamos como europeos, sino también de las reglas generales de la economía internacional», afirmó.
«No abordaríamos en toda su dimensión una estrategia económica de profundidad si Europa, como ha hecho hasta ahora, no sigue manteniendo la iniciativa en el ámbito de la economía internacional en el G-20», explicó.
La iniciativa de que sean Zapatero y Van Rompuy quienes coordinen la posición de la UE partió del presidente francés, Nicolas Sarkozy. A la reunión del G-20 la UE acudirá con «una sola voz» aunque contará con «dos sillas», una para el presidente permanente del Consejo y otra para el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
Invitado permanente
España ha consolidado 'de facto' su presencia permanente en las cumbres del G-20. Así, además de a Toronto, el presidente del Gobierno viajará a Corea a finales de año para la siguiente cita del club de países más industrializados del mundo y economías emergentes.
Los trabajos de la UE para la reunión de Toronto se centrarán en el fortalecimiento de la regulacion y supervisión de grandes entidades financieras, mayor transparencia en los mercados de derivados, especialmente en los seguros contra el impago de la deuda de los países, y en fuentes de financiación innovadoras, como una tasa mundial sobre transacciones financieras.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, explicó, por su parte, que antes de ir a Toronto la UE debe llegar a un acuerdo en algunos asuntos «clave» sobre la regulación de los servicios financieros, como los 'hedge funds', capitales bancarios o los seguros contra la deuda de los países, así como el paquete de supervisión, para que las autoridades puedan ponerlo en marcha a partir de 2011.
«Creo que es muy importante que Europa termine su propio trabajo para que en Toronto podamos mostrar a nuestros socios lo que hemos hecho».