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Mientras José Luis Rodríguez Zapatero ha dado un nuevo «empujón» a la comisión creada para lograr un acuerdo con los partidos frente a la crisis, y se reunía por primera vez con sus miembros, el líder del PP, Mariano Rajoy, lo considera una pérdida de tiempo, aunque acudirá cuando le llamen. Zapatero recibió con «alegría» la decisión del líder de la oposición de participar también en la búsqueda de una estrategia común para salir cuanto antes de la recesión, aunque no tenga ninguna confianza en esta fórmula, como dejó claro.
A juicio de Rajoy, esta comisión, que encabeza la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, no es más que una maniobra del jefe del Ejecutivo para esperar a que la crisis se resuelva por sí sola, lo que no cree que suceda teniendo en cuenta la evolución de los datos económicos. Como está convencido de la responsabilidad de Zapatero en las dificultades que está teniendo España para remontar sus problemas, por segundo día consecutivo ha vuelto a sugerir un adelanto electoral, aunque dijo que no creía que esto fuera a suceder.
Deriva
Dentro de las filas del PP, no sólo Rajoy siguió censurando la «deriva» económica del Gobierno, incluido este eventual Pacto de Estado, y así, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, advirtió de que si el presidente del Gobierno no da «un giro de 180 grados» a sus medidas económicas, su partido no apoyará tal pacto. También el ex presidente del Ejecutivo José María Aznar cuestionó la capacidad de Zapatero para reclamar consensos o afrontar la crisis porque, apuntó, «el jefe de los pirómanos no puede ser nunca el capitán de los bomberos y España necesita un gran equipo de bomberos».
Escepticismo lo hubo igualmente por parte de CiU, que fue la formación con la que Alonso inició el martes esta ronda de contactos, y así, su presidente, Artur Mas, lamentó que el miércoles se perdiera en el Congreso una «gran oportunidad» de sentar las bases de este pacto de Estado cuando España está en una situación de «emergencia».