El velocista australiano Robbie McEwen (Katusha) alza los brazos en señal de victoria ante Koldo Fernández (Euskaltel) y Óscar Freire (Rabobank). | Monserrat

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Fue el último en llegar, pero el primero en alzar los brazos en señal de victoria. Robbie McEwen recuperó su mejor pedalada final para, a sus 32 años, sumar su cuarta victoria en la historia de la Challenge y estrenar su hoja de servicios y la del Katusha en el Passeig Marítim. El Trofeo Palma fue a parar a manos del australiano, que superó a Koldo Fernández (Euskaltel Euskadi) y Óscar Freire (Rabobank) en la culminación de una prueba corrida a un ritmo vertiginoso (116 kilómetros, a 49'2 km/h) y en cuyo esprint se quedaron descolgados algunos de los aspirantes -Rojas, Greipel...- a una victoria que se ha convertido en una cuestión de honor para los llegadores.
No faltó nadie en la línea de salida, y las ganas de volver a rodar en serio se dejaban notar en el parque cerrado de los equipos. Esa ilusión quedó patente desde el momento en el que se dio la salida. El ritmo fue frenético, con constantes conatos de aventura, pero con un grupo que, espoleado por el sol que les acompañó y los miles de mallorquines que salieron a la calle para disfrutar del mejor ciclismo del mundo.

Ritmo


La cadencia fue evolucionando con el paso de los kilómetros, y sólo algunos pequeños percances en los giros del circuito rompieron la disciplina del pelotón. El primero en mostrar sus garras fue el holandés Kai Reus (Rabobank), que halló complicidad en el danés André Steensen (Saxo Bank). Ambos se marcaron un esprint intermedio brillante que les llevó a liderar las clasificaciones de metas volantes y montaña del Trofeo Palma. Daniel Schorn hizo lo propio en el siguiente paso puntuable, para meterse en la puja por la gloria del día en los esprints especiales..
Las cosas se calentaban con el paso de los kilómetros. Mientras, se podía ver a Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne) y Toni Tauler (Selección Española) departiendo en la cola del pelotón, aunque sin perder de vista a sus compañeros. Todo despiste podía tener consecuencias.
Los saltos -o al menos los intentos- eran una constante. Los modestos, los domésticos del grupo, ansiaban tener su momento de gloria en un día condenado a una llegada en masa. De eso se encargaron Rabobank o HTC Columbia, siempre pendientes de los movimientos en cabeza.

Xabier Zabalo (Orbea) fue el siguiente en probar fortuna. Su aventura llegó a tener consistencia, adquiriendo diferencias respecto al pelotón que rondaron el medio minuto. Los compases de pausa que se concedió el grupo le permitieron ganar metros, pero enseguida comprobó que su osadía no le iba a reportar mucho más en el día de ayer.

Valientes


Toni Tauler se activó traspasado el ecuador, y encontró complicidad en el letón Saramotins (HTC Columbia). Ambos imprimieron un buen ritmo y fueron creyendo en sus opciones durante los siete minutos en los que compartieron fuga. Antes, Lluís Mas también lo probó, junto a varios compañeros, pero con idéntica suerte que el resto.
Rabobank, Columbia y Caisse d'Epargne se encargaron de que la normalidad regresara al asfalto, en plena cuenta atrás hacia un esprint masivo a la caza del primer gran triunfo del curso español.
Iván Gutiérrez se aseguraba los sprints especiales en los albores de la gran batalla, que se desató en el último kilómetro. Greipel era de los primeros en caerse de la puja. Rojas fue el siguiente, y Óscar Freire lanzó la primera ofensiva. Koldo Fernández le secundó, pero Robbie McEwen volvió a ser el más listo. Y el ganador, hasta der la Combinada.