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L'Homme qui marche I, una de las esculturas más icónicas del suizo Alberto Giacometti (1901-1966), se convirtió ayer en la obra más cara jamás subastada al adjudicarse 74,1 millones de euros (104,3 millones de dólares) en Sotheby's de Londres.

La impresionante escultura, de 1,83 metros de altura, superó así el récord mundial que ostentaba hasta ahora Garçon a la pipe de Pablo Picasso, que se adjudicó en el 2004 en Sotheby's de Nueva York por 104,1 millones de dólares.

Un portavoz de la casa de subastas confirmó que la pieza de Giacometti, considerada un ejemplo de su madurez creativa, es «la obra más cara jamás subastada». La estilizada estatua, que tenía un precio máximo estimado en el catálogo de 18 millones de libras (20 millones de euros, 29 millones de dólares), generó un gran interés por ser la primera vez en más de 20 años que salía a la venta una figura de Giacometti de un hombre que camina de gran tamaño. Se trata de un bronce monumental fundido en 1961, en vida del artista, y adquirido hacia 1980 por el banco alemán Dresdner Bank. Luego pasó a formar parte de la colección del Comerzbank. Además, la obra Tête de femme de Pablo Picasso, un retrato de su esposa Jacqueline pintado en 1963, se adjudicó anteayer por la noche en la casa Christie's de Londres por más de 9 millones de euros. Tête de Femme duplicó el precio máximo estimado en el catálogo al subastarse por 9.248.090 euros.

Una de las obras que acaparó la atención en la puja fue Espagnole, de Natalia Gontcharova (1881-1962), que se adjudicó por 7.331.210 euros, lo que supone un récord mundial para la artista y el precio más alto jamás pagado en subasta por una obra realizada por una mujer.