Munar, a su llegada a los Juzgados

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La presidenta del Parlament balear, Maria Antònia Munar, llegó en coche oficial en torno a las 12.00 horas a los Juzgados de Vía Alemania, donde estaba previsto que comparezca ante el juez que instruye el caso Maquillaje, pese a que ya ha trascendido que se ha acogido a su derecho de no declarar por su condición de aforada.

A su entrada a las dependencias judiciales, donde se han congregado decenas de periodistas, la ex presidenta del Consell de Mallorca espetó, no sin ironía: «de aquí a Hollywood», tras ser recibida por numerosos medios de comunicación y ante la expectación ciudadana que ha generado su aparición. Esta vez no hubo ni abucheos ni aplausos hacia la presidenta de la Cámara balear.

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La también presidenta de honor de UM hizo ese comentario con sorna justo cuando saludaba a su letrado, Gabriel Garcías, que se encontraba esperándola en el interior de los Juzgados, e inmediatamente se introdujeran en el ascensor para subir a la sala de vistas donde debe comparecer. Además, un amplio despliegue policial se encargaba de custodiarla desde que Munar salió de su coche oficial, a la entrada de la sede judicial, para velar por su seguridad. Munar llegó a los juzgados acompañada del jefe de gabinete del Parlament, Matías Barón.

Cabe recordar que Munar no acudió a la cita con el juez, y pese a que Gabriel Garcías presentó un escrito ante el Juzgado para comunicar que su clienta no acudiría, el magistrado mantuvo en pie su citación. Munar contempla declarar únicamente ante ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, cuando el caso llegue a este tribunal. Las investigaciones del caso Maquillaje, que giran en torno al presunto desvío de caudales públicos desde el Consell hacia productoras audiovisuales de forma supuestamente ilícita, apuntan a que Munar habría autorizado varios pagos de manera irregular a favor de la empresa Bahía Difusión, fusionada con Vídeo U. Precisamente, ésta es una de las principales sociedades investigadas en la causa a raíz del desvío de más de cuatro millones de euros del Consell para impulsar Televisión de Mallorca.