El festival de este año logró atraer a más de 7.000 personas. | Jaume Morey

TW
0

El Festival de los Espléndidos Reyes Magos de Ultima Hora consolida su presencia en el recinto del Palma Arena. Con ésta ya van dos ediciones en las que el nutrido plantel de artistas que aglutina su cartel se desliza por los escenarios del abultado recinto palmesano.

El eficiente despliegue humano dispuesto por la organización del evento permitió su correcto desarrollo. Y así, sustentado en un pobladísimo listado de artistas, la cita, que congregó a más de siete mil personas, se saldó con un rotundo éxito al que ni tan siquiera la climatología pudo deslucir, pues el sol hizo acto de presencia a lo largo de toda la jornada matinal.

Precediendo la apertura de puertas, el ambiente auguraba la cosecha de un sonoro éxito ya que una marea humana se agolpaba frente a las puertas de acceso, síntoma inequívoco del abrumador poder de convocatoria del Festival. Dos escenarios y una zona habilitada al público infantil contenían el variopinto cartel escénico del evento, por el que desfilaron, a lo largo de toda la mañana y hasta bien entrado el mediodía, un buen puñado de intérpretes y artistas de entre los que destacó la granadina Rosa López, puntal indiscutible de la cita.

Pero vayamos por partes. Fue la compañía Zancudos la encargada de caldear los albores del evento con su desenfadado show, interactuando gracilmente con el público en las inmediaciones del acceso al Palma Arena. Por otra parte, un gigantesco circuito de Scalextric, instalado de forma desinteresada por Ramón -un amigo de Ultima Hora-, recibió al público entrante al recinto cubierto del Palma Arena, ofreciendo la posibilidad, a quien lo deseara, de ponerse a los mandos de un vehículo en miniatura a lo largo de toda la jornada.

El variado repertorio musical del Trío Gabriella & Company abría fuego sobre el escenario Teatral, para luego ceder su espacio al ballet musicado de Dreams Fantasy, la magia del Mago Félix, las acrobacias circenses de Laner Circo y, para finalizar, el espectáculo musical de Planet Music. Por su parte, el escenario Infantil hizo vibrar a los más pequeños desde las 10.00 horas de la mañana hasta el mediodía con su infalible cóctel de propuestas, encabezadas por un enorme castillo hinchable que no paró de recibir visitas. También la narradora de cuentos, María Bimbolles, y el desternillante espectáculo de los payasos Grupo Alelí aportaron su granito de arena en el cometido de entretener al público infantil. Cerrando el plantel de propuestas, los asistentes pudieron disfrutar de los peligrosos equilibrios, a diferentes niveles, de la Agrupació Castellers de Mallorca.

El exótico y colorido espectáculo de Zambrasil Show inauguró el escenario Magna del Palma Arena, al que siguió el montaje escénico de la compañía Bluextrem, quienes entregaron al público reunido una breve antología a base de lo más granado de los musicales de Disney. A continuación, la fusión de baile clásico español de Flamenco Fernando Reyes ocupó el espacio escénico que originariamente debió cubrir el cantautor madrileño Manolo Tena y que, debido a causas ajenas a la organización del evento, no pudo estar presente en el Festival.

Para finalizar la crónica de artistas, mencionar el recital ofrecido por Rosa López, surgida de la telerrealidad musical de Operación Triunfo.
La intérprete acumula cinco entregas discográficas que la consagran como uno de los iconos latentes de la comunidad musical estatal. Su presencia en el Festival de los Espléndidos Reyes Magos de Ultima Hora no defraudó a nadie. Rosa desgranó los temas que componen Propiedad de nadie, su último larga duración, completado por once canciones de las cuales nueve han sido compuestas por el relevante compositor José Luis Perales, y que supone un punto y aparte en la carrera de la granadina, ya que se aleja de su pasado más popero y bailable para adentrarse en latitudes melódicas teñidas de jazz, blues, country y, especialmente, rythm & blues.

Analizado de forma global, el evento sumó otro sonoro éxito a su currículo; desde la propia aceptación popular -más de siete mil personas congregadas hablan por sí solas-, hasta el variado plantel de artistas. Todos añadieron su grano de arena para enriquecer una cita que, desde hace años, se ha convertido en un clásico del calendario popular balear, demostrando que la Navidad no echa el cierre hasta que concluye el Festival de los Espléndidos Reyes Magos.