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Marta López ha dicho basta. Su relación con Kiko Matamotos, que dura ya más de dos años, le ha puesto continuamente en el punto de mira y no son pocas las y los que critican cada movimiento de la modelo.

Pero ahora ella se ha cansado y ha alzado la voz. Lo ha hecho, precisamente, en las redes sociales, esas en las que denuncia que se producen todo tipo de insultos hacia ella.

Y, lo triste, según cuenta ella misma, es que la mayoría de esos ataques vienen por parte de mujeres. «La realidad, y muy triste, es que 9 de cada 10 comentarios nocivos que recibo (y también mis amigas) son de mujeres. Algo claramente se está haciendo mal con respecto a la educación en la sociedad. Probablemente hace 50 años era igual, no lo sé, pero ahora hay una herramienta de destrucción masiva si no se usa bien, que son las redes sociales, que tienen la capacidad de dar a personas frustradas la posibilidad de verter su odio de forma más o menos anónima, sin ningún tipo de escrúpulo o empatía», escribe en sus stories.

«Ojalá esto cambiase, y ojalá hubiese más mujeres (que las hay, y muchas) que se alegrasen por el bien ajeno, que te digan cosas bonitas si las piensan o que se alegren por ti. Yo desde luego solo tengo cerca a gente que me quiere y que me dice las cosas buenas y mala sin ningún odio o frustración», sentencia.

Con todo, la modelo les hace varias peticiones a esas mujeres: «Me gustaría que las mujeres dejásemos de juzgarnos y machacarnos entre nosotras. Me encantaría que el hecho de ser más o menos guapa no fuese ligado al coeficiente intelectual, ni a la ambición ni a la necesidad de saber o conocer, ni las meta que se puedan tener. Me gustaría que no se juzgase lo que hacemos, lo que nos ponemos y lo que decimos, que no nos tirásemos por el suelo si hacemos más o menos ejercicio o si nos hacemos fotos desnudas o con un jersey».

«También me encantaría que no importase con quien estás, sea hombre, mujer, joven, mayor, pobre o rico. Que cada una pudiese estar con quien le de la gana, o sola, sin necesidad de sentirse cohibida por lo que dirán otras mujeres que por frustración o envidia no lo pueden o quieren hacer, y en lugar de superarse intentar hundir a otras. Pero una sociedad así es claramente una utopía», añade también López.

Además, sentencia con una frase: «Qué triste es la sociedad de hoy en día, y qué hipocresía hay. Algunas llevan una bandera de una causa que no es real en la práctica».