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Descorchado el primer tramo de los noventa, Los Planetas irrumpieron abruptamente poniendo patas arriba la independencia musical del país. Desde entonces, su revolucionario discurso ha trascendido el concepto de banda de pop para convertirse en referente. Los granadinos resucitan a la perfección el patrón del indie: el mundo no les gustaba, así que crearon uno a su medida. Rock atmosférico y melodioso tan influido por el shoegazing británico como por la prosa descarnada de la Beat Generation y, desde el año 2007, por el arte jondo de su tierra. ¿Quién da más?
Entrevistar a Juan Rodríguez (alías Jota, líder de la banda) es un poco como luchar contra el monstruo del final de pantalla de un videojuego. Te va lanzando frases secas y escuetas con el ritmo de un cañón de artillería y el objetivo de minar la confianza del entrevistador. Además, a la que te descuidas se agotan los veinticinco minutos que, con voz de game over, te concede su jefa de prensa.

-¿Cómo se produce el salto desde la anglofilia musical hasta el arte jondo de su tierra?
-No fue en absoluto un cambio difícil, el flamenco forma parte de nuestra tradición cultural. No nos hemos ido por derroteros excesivamente tecnológicos, únicamente hemos reivindicado la música del lugar de donde procedemos.

-¿Se identifica con la actual escena indie estatal?
-Obviamente no con todos, aunque muchos grupos sí que siguen la misma línea que recorrimos Los Planetas en su día. Algunas bandas, como Los Punsetes o Triángulo de Amor Bizarro muestran un espíritu crítico con el mundo que les rodea, una circunstancia que, en cierto modo, les hace seguir una estela musical muy similar a la nuestra y, en cualquier caso, muy digna.

-¿Cómo encaja la autoría de algunas de las canciones que han quedado petrificadas como evangelios en la memoria musical de este país?
-Somos conscientes de que Los Planetas ha sido una banda que ha hecho cosas ciertamente relevantes y lo hicimos, además, en un momento crucial. De todo esto y de muchas otras cosas nos sentimos orgullosos.
-¿Cree que su nueva orientación musical puede haberles distanciado del público más purista?
-Esperamos todo lo contrario, nuestro deseo es que el cambio nos acerque más al público. Las líneas maestras del nuevo sonido contienen ideas interesantes que, sin duda, pueden resultar atractivas. Aunque entiendo que, con la edad, la gente se vuelva menos receptiva y resulte más difícil impresionarla y, por supuesto, contentarla.

-¿Qué opina del 'todo está inventado'?
-No estoy de acuerdo, creo que todavía hay muchas cosas por inventar, muchas sonoridades por explorar y fusionar que darán buenos momentos.

-¿Es Una ópera egipcia fruto de una idea conceptual concreta o es el resultado de las sensibilidades musicales de los componentes del grupo?
-Es el resultado que Florent y yo andábamos buscando, siempre componemos de forma intuitiva, no hay elementos premeditados. Simplemente, nos ponemos a tocar música y descartamos todo aquello que no nos gusta para quedarnos con lo que sí.

-¿Definiría su música como experimental?
-No, es música pop. Experimentamos con nuevos sonidos y los fusionamos entre sí, pero lo que acabamos publicando nunca se podría considerar experimental.

-¿No le preocupa que sus composiciones suenen demasiado estudiadas?
-Quizá lo parezca, pero realmente no lo están. El azar juega un papel determinante en todo lo que hacemos.