Imagen de los agentes de la Policía Local de Palma custodiando al detenido. g Foto: VASIL VASILEV | Vasil Vasilev

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Eran las 03.02 horas de la madrugada de ayer cuando la central del 092 alertaba a todas sus unidades de la presencia de que un hombre estaba atrincherado en su domicilio, con un cuchillo de grandes dimensiones, vertiendo amenazas de muerte y en un alto grado de alteración.
Las primeras noticias eran algo contradictorias y la información escasa, pero con suma rapidez se desplazaron hasta el lugar del suceso numerosas dotaciones de la Policía Local.
Los hechos se produjeron en el número 16 de la calle Berenguer, en Palma.
Intervención
A su llegada, la Unitat d'Intervenció Inmediata (UII), localizaron a una mujer, de unos 66 años de edad, visiblemente afectada y atemorizada. Se trataba de la madre del joven que permanecía atrincherado en el domicilio. Al ver a los agentes, la mujer se abalanzó a por ellos y les contó que su hijo les había amenazado de muerte y que tenía un cuchillo de 22 centímetros de hoja en sus manos y que estaba dispuesto a utilizarlo. Además, la víctima comunicó a los policías que su hijo acababa de salir de la cárcel de cumplir una condena y que estaba en tratamiento psicológico.
Los progenitores consiguieron escapar del domicilio en un momento de despiste del hijo y alertar a la policía.
Además, los padres del sospechoso, también alertaron a los responsables policiales de que en el interior de la vivienda se encontraban dos chicas de 20 y 24 años años respectivamente. Se trataba de la hermana del acusado y una amiga que había decidido quedarse a dormir esa noche.
Acto seguido, cuatro agentes subieron al inmueble. Tras tirar la puerta abajo se adentraron en la vivienda y localizaron al delincuente sentado en la mesa de la cocina con el cuchillo en la mano y en actitud amenazante.
La pericia demostrada por los agentes fue determinante. Mientras tres policías de la Unitat d'Intervenció Inmediata, (UII), trataban de entablar una conversación con él y tranquilizarlo, un cuatro agente se escondió detrás de sus compañeros con un 'spray' de defensa. Tras varios intentos fracasados de que el sujeto desistiera de su actitud violenta y amenazante, los agentes decidieron actuar. Mientras los negociadores realizaban labores de distracción, el cuatro agente salió, por sorpresa, y le roció con un bote de 'spray'. El presunto agresor quedó adormecido, instante en el que los policías se abalanzaron y consiguieron reducirle. Debido a la gran corpulencia del sospechoso fue necesaria emplear la fuerza estrictamente necesaria para reducirlo. De hecho, los policías tuvieron que utilizar dos juegos de grilletes para poder esposarlo.
El detenido responde al nombre de Vicente G.G. de 42 años y cuenta con antecedentes penales.