Penélope Cruz, en una foto de archivo. | ultimahora.es

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Un Óscar, una estrella en el Paseo de la Fama y trabajos con Pedro Almodóvar, Woody Allen o Ridley Scott son algunos logros de los que puede presumir Penélope Cruz, que mañana cumple 40 años en una fase más tranquila de su vida, instalada en España y con proyectos con Julio Medem o Fernando Trueba.

Quién se lo iba a decir a aquella niña de Alcobendas que descubrió su vocación de actriz observando a las clientas de la peluquería de su madre mientras simulaba hacer los deberes en un rincón. Aunque fue mucho más tarde, al ver «Átame» (1989) de Almodóvar, cuando decidió presentarse a su primer cásting.

Penélope Cruz sólo tenía 15 años cuando su rostro llegó a todos los hogares españoles en el videoclip de Mecano «La fuerza del destino». Su carrera despegó tres años después, gracias a Bigas Luna y a sus explosivas escenas en «Jamón, Jamón».

Fue allí donde empezó su evolución gemela con Javier Bardem, quien en 2010 se convertiría en su marido y posterior padre de sus hijos, Leo y Luna, responsables en buena medida del regreso a España de la actriz tras haber conquistado la cima hollywoodiense.

Los 90 fueron años intensos en España. En «Carne trémula» logró su primer papel con el director manchego universal. Y con Fernando Trueba disfrutó por primera vez de las mieles de Hollywood gracias a «Belle Epoque», que obtuvo el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1992.

Con Trueba repitió en «La niña de tus ojos» (1998), pero fue después de «Todo sobre mi madre» (1999), tercera película española que se llevó la estatuilla dorada, cuando decidió embarcarse en la aventura americana.

Al principio las cosas no fueron fáciles. Cruz no acababa de despuntar, pese a que no paraba de trabajar. Llegó a rodar cinco películas al año.

Eso sí, su nombre siempre estaba junto a los grandes: Nicholas Cage ("La mandolina del Capitán Corelli"), Johnny Depp ("Blow"), Matt Damon ("Todos los caballos bellos"), Matthew McConaughey ("Sahara") o Tom Cruise ("Vanilla Sky"). Con al menos los dos últimos vivió sonoros romances que también contribuyeron a su popularidad.

El punto de inflexión fue, de nuevo, Almodóvar. Cruz obtuvo su primera nominación al Óscar con «Volver» y una Raimunda que tenía mucho de Sofía Loren y de Ana Magnani. Dos años después, subió al escenario del Teatro Kodak de Los Angeles a recoger su primer premio de la Academia de Hollywood.

Fue por la imprevisible y fogosa María Elena de «Vicky Cristina Barcelona», de Woody Allen, un rodaje del que también se llevó, de regalo, las gafas del genio de Brooklyn, según contó ella misma en una entrevista.

Después de aquello, la actriz no tardaría en cumplir otro sueño: combinar su faceta interpretativa con su pasado de bailarina -e incluso se atrevió a cantar- en «Nine», un musical de Rob Marshall en la que compartió créditos con Daniel Day Lewis, Nicole Kidman, Judi Dench o Sofía Loren.

Desde hace algo más de un año, la pareja Cruz-Bardem está instalada en Madrid, donde ha nacido su hija Luna, y sus principales proyectos conocidos -salvo el rumor sobre ser la próxima chica Bond- la sitúan en España.

El rodaje de «Ma ma», de Julio Medem, está a punto de comenzar. En ella, Cruz será Magda, una mujer que, «ante la tragedia, reacciona sacando toda la vida que lleva dentro, desde lo imaginable a lo inimaginable», según lo poco que ha trascendido del guión.

Luis Tosar y Asier Etxeandía le acompañarán en el rodaje, en el que la actriz participa también como productora.

El otro proyecto, junto a Fernando Trueba, le devolverá a la piel de Macarena Granada en la secuela de «La niña de tus ojos», que se llamará «La reina de España» y trasladará la acción de Alemania a España, 17 años después, en la década de los 50.

Con semejante currículum profesional y vital, el balance de los 40 sin duda ha de ser más que positivo. La pregunta que surge es ¿hay algo que se le resista a Penélope Cruz?