Woody Allen. | Efe

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El cineasta estadounidense Woody Allen ha tildado este domingo de  «falsas y vergonzosas» las acusaciones vertidas por su hija Dylan  Farrow, quien afirmó que el director abusó sexualmente de ella cuando  era una niña. Los presuntos abusos a su hija adoptiva salieron a la  luz por primera vez en 1993, a raíz de la ruptura con Mia Farrow,  según ha informado la cadena de televisión británica BBC.

La publicista de Allen, Leslee Dart, ha afirmado que el cineasta  responderá de forma directa «muy pronto» y ha recordado que «los  expertos determinaron (tras salir a la luz las acusaciones) que no  había pruebas creíbles sobre los abusos, que Dylan Farrow no era  capaz de distinguir la fantasía de la realidad y que probablemente  había sido inducida (a hacer las acusaciones) por su madre, Mia  Farrow».

La separación de Allen y Mia Farrow protagonizó decenas de  portadas de periódicos y tabloides, y generó una gran controversia  por entonces. El cineasta no ha sido culpado de cargo alguno y ha  negado que haya cometido abusos sexuales.

La reacción del cineasta ha llegado apenas un día después de la  publicación de una carta abierta de Dylan Farrow en el diario  estadounidense 'The New York Times', en la que relata los presuntos  abusos.

Carta

«¿Cuál es tu película favorita de Woody Allen?». Con esta pregunta  comienza y concluye la carta, en la que recrimina a Cate Blanchett,  la protagonista de la última película de Allen, 'Blue Jasmine'; y  actrices como Diane Keaton y Scarlett Johansson que hayan ignorado  estas circunstancias.

«Cuando tenía siete años, Woody Allen me cogió de la mano y me  llevó a un sombrío desván en la segunda planta de nuestra casa. Me  dijo que me tumbara boca abajo y que jugara con el tren eléctrico de  mi hermano. Entonces abusó de mí sexualmente. El me hablaba mientras  lo haciía, susurrándome que si era una buena chica, que si ese era  nuestro secreto, me prometía que iríamos a París y me convertiría en  una estrella de sus películas», relata Dylan Farrow, hoy de 28 años.

Este episodio, según añade, le impidió seguir ocultando los  presuntos abusos continuados de Allen y le ha producido que, en la  actualidad, le siga resultado «muy difícil ver un tren de juguete».

«No recuerdo cuántas veces llevaba lejos de mi madre, hermanos y  amigos para estar solo con él. No me gustaba cuando metía su dedo  pulgar en mi boca. No me gustaba que tuviera que ir a la cama con él  bajo las sábanas cuando él estaba en ropa interior. No me gustaba que  pusiera su cabeza sobre mi regazo desnudo e inhalara y exhalara»,  precisa Dylan, que dice que se encerraba en el baño para evitar estas  situaciones.

«Pero él siempre me encontraba», prosigue. «Estas cosas ocurrían  de forma tan frecuente, de forma tan rutinaria, a escondidas tan  hábilmente de mi madre (...) que pensé que era algo normal. Pensé que  era así cómo los padres se portaban con sus hijas», indica Dylan.

Popularidad

La hija del cineasta sostiene que, con las «últimas nominaciones a  los Premios Oscar, esta vez, se ha negado a derrumbarse» después de  que, durante todo este tiempo, «la aceptación hacia Woody Allen» le  haya «silenciado».

Después de que Woody Allen no fuera condenado por ningún crimen  pese a que existían «pruebas» que podrían haber propiciado un proceso  judicial, según Dylan, ella se sintió «asolada por la culpa de  permitir que (su padre) estuviera cerca de otras niñas». «Había  expertos dispuestos a atacar mi credibilidad. Había médicos  dispuestos a hacer enloquecer con engaños a una niña maltratada»,  lamenta.

Como consecuencia, Dylan explica que «le aterrorizaba» que le  pudiera tocar un hombre, que sufrió «desórdenes alimenticios» y que  comenzó a infligirse cortes a sí misma. «El tormento fue empeorado  por Hollywood», agrega.

Dylan reprocha que Hollywood «le fuera más sencillo aceptar la  ambigüedad» y el aumento de su popularidad le provocaba que, cada vez  que veía la cara de Allen, ya fuera «en un póster, en una camiseta o  en la televisión, solo podía esconder su pánico cuando hallaba un  sitio para estar sola y derrumbarse».

«¿Que habría pasado si hubiera sido tú hijo, Cata Blanchet, Louis  CK (Louis Szekely), Alec Baldwin? ¿Y si hubieras sido tú, Emma Stone?  ¿O tú, Scarlett Johansson? Tú me conociste cuando era una niña  pequeña, Diane Keaton. *Me has olvidado?».

«Woody Allen es el vivo testamento de la forma en la que la  sociedad falla a los supervivientes de abusos y violaciones  sexuales», sentencia Dylan Farrow, hoy, con 28 años, «felizmente  casada», según dice.