El actor francés Gerard Depardieu, en una imagen de archivo. | SEBASTIEN NOGIER - EFE - EPA

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El actor francés Gérad Depardieu, que se vio envuelto en una sonada polémica en el último año desde que anunciara que quería renunciar a la nacionalidad francesa y tras aceptar un pasaporte ruso, aseguró hoy que sigue amando su país de origen, aunque se siente un «hombre libre» en toda Europa.

«Nunca me fui (de Francia). No me dejo encerrar entre fronteras, que es completamente diferente. Soy un hombre libre. En Europa, me siento como en mi casa en todas partes», declaró el artista en una entrevista publicada hoy por el semanario del periódico «Le Figaro».

El actor, conocido tanto por su talento delante de la cámara como por sus excesos fuera de los platós, calificó de «enorme malentendido» la polémica tras anunciar que se mudaba a Bélgica después de que el Gobierno socialista francés anunciara un impuesto sobre la renta del 75 por ciento a las grandes fortunas.

«Todavía amo a Francia. Es mi país. Vivo allí regularmente y allí tengo mis restaurantes, en los que trabajan más de 80 personas», declaró el célebre actor, de 64 años.

Tras varios meses de silencio, el que diera vida a Obélix o a Cyrano de Bergerac en la gran pantalla auguró un arrebato de malestar político entre sus conciudadanos.

«No podemos hacer como si todo fuera bien. La gente conoce el desfase entre el discurso que tiene las autoridades políticas y la realidad cotidiana que viven. Ese abismo terminará por explotar un buen día, quizá en las próximas elecciones», indicó Depardieu.

El actor, domiciliado en la diminuta república de Mordavia, ha reiterado en varias ocasiones que no dejó su residencia parisina por motivos fiscales y que paga impuestos tanto en Rusia como en Francia.

El detonante de la polémica se produjo el pasado diciembre, cuando el actor decidió trasladar su residencia fiscal a un pueblo belga, Néchin, situado junto a la frontera francesa.

La decisión levantó tanto revuelo en Francia que incluso el ministro Jean-Marc Ayrault calificó su actitud de «lamentable», con lo que el artista se dijo dispuesto a renunciar a su nacionalidad francesa.

Después, el presidente Vladimir Putin -por quien Depardieu siente declarada admiración- le ofreció un pasaporte ruso y el actor trasladó su residencia a Mordavia, donde vive en el número 1 de la calle Democracia, esquina con el bulevar del Bolchevismo.

El actor está a punto de estrenar «Welcome to New York», una cinta del director Abel Ferrara en la que interpreta al exdirector gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn (DSK), apeado del puesto tras ser acusado de violación por una limpiadora de un hotel de La Gran Manzana.

Además, el próximo 18 de septiembre Depardieu estrenará en Francia «Les Invincibles», una comedia de Frédéric Berthe en la que interpreta a un estafador francés que solicita la nacionalidad argelina.

En 2012, Depardieu se situó como el segundo actor mejor pagado de Francia al cobrar 3 millones de dólares por cuatro películas, según las cuentas de «Le Figaro».