La llegada de Claudia y su familia fue el pasado martes por la noche, desde Suiza. Desde el aeropuerto se trasladaron a su casa de Camp de Mar, donde pasan unos tranquilos días, ya que la costumbre de la ex modelo es viajar a la Isla por unos días en julio, seguramente para supervisar la vivienda, y regresar en agosto para pasar las vacaciones y celebrar su santo.
Si el primer día permanecieron en casa, ayer, a media mañana, Claudia con su hijo mayor, y su marido, a bordo de un descapotable, se trasladaron al club de golf de la zona, donde el chico parece que ha comenzado a lanzar bolas. A primeras horas de la tarde, regresaron a buscarlo, volviendo a casa a la media hora de haber entrado en las instalaciones del club.
Claudia lucía una blusa-pantalón muy veraniega y cubría sus ojos con gafas oscuras. Pelo suelto, que a veces, impulsado por la brisa, cubría parte de su rostro, que a sus 42 años sigue siendo bello y lozano.
Por su parte, Matthew vestía bermudas ajustadas nicky de color blanco. Se tocaba con un sombrero de ala corta y también llevaba gafas. En cuanto a Casper, que ya está hecho un hombrecito, vestía un polo de color azul y llevaba un juego en la mano. A los tres, se les veía distendidos y muy tranquilos.
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Pese a hacer años que ha abandonado las pasarelas y los platós siendo imagen de Chanel, a donde llegó de la mano de Karl Lagerfeld, sigue gozando de gran popularidad en su país, Alemania. A los turistas que viajan en los barcos que salen de Peguera y Santa Ponça, al pasar por delante de la casa de Schiffer, se les informa a través de sus altavoces «que ahí vive Claudia Schiffer», señalando en dirección a la casa. El guía también les recuerda, al pasar por Cap Andritxol, sobre todo cuando avistan el torreón, que «esto que ven fue propiedad de Claudia Schiffer». La próxima celebración de la familia en la Isla será precisamente el cumpleaños de la ‘top model’.
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