Eduardo Gómez ha venido a Mallorca sin su novia, Jessica, que es 38 años menor que él. | Click

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Eduardo Gómez, padre del portero de Aquí no hay quien viva, y Mente fría, en La que se avecina, ha estado en Mallorca, invitado para asistir a una gala de la discoteca Pygmalion. Pese a llevar el pelo recogido debajo de la gorra y gafas oscuras, no pasó desapercibido.

Nos dijo que lo de volver a La que se avecina está un poco en el aire, «pues todo dependerá de si me llaman, que yo no lo sé. De momento, prefiero descansar y desconectar, aunque a decir verdad ya estoy metido en otros proyectos, una serie sobre los pueblos más divertidos de España, para Televisión Española, con Mélani Olivares, de Aída, y que presentará Mariló Montero, y algo para el programa de Patricia Conde».

Consciente de que el haber estado durante tantos programas en una serie, haciendo el mismo papel, puede llevar a encasillar a uno, lo que es un inconveniente, «y al mismo tiempo un riesgo, pues a la gente le va a costar verme en otro papel. Pero, tal y como están las cosas, prefiero más arriesgarme a que me encasillen, y seguir trabajando en otros proyectos, que quedarme en casa».
 
Montepinar como España
Residente en Mijas Costa, Eduardo señala que el éxito de La que se avecina podría ser debido, «en primer lugar, a los buenos guiones que tiene la serie, también el cásting que se hizo que permitió que las piezas de esta especie de puzzle que son las series encajaran perfectamente y... pues que ya está. Y al decir buenos actores no me incluyo a mi, pues yo puede que sea el peor de todos, pero como son tan buenos los demás...»

¿Tiene alguna similitud Mirador de Montepinar con España?, preguntamos. «Más o menos... Pues sí. Y a veces es más exagerado este país que la ficción que estamos haciendo. Yo diría que la serie es tan real como la vida misma».

Eduardo, que nos recuerda que ha esto en otras ocasiones en Palma, «una de ellas fue cuando se presentó IB3 en el Casino, considera que «las distintas cadenas de televisión de este país han apostado por las series, lo cual es bueno, no solo para las audiencias sino porque dan trabajo a los actores, lo cual se agradece y más en tiempos en que el cine está un poco de capa caída por lo que todos sabemos».
 
Saber ser agradecido

Hemos tenido que interrumpir un par de veces la conversación que manteníamos debido a que, a nada que le reconocían, se le acercaban y le pedían un a foto o un autógrafo. «¿Que cómo llevo lo de la popularidad...? Pues a la vista está. Bien ¿no? Procuro ser amable con todo el mundo, pues no me puedo permitir el lujo de ser antipático con la gente, pues gracias a ella estamos teniendo el éxito que estamos teniendo. Soy consciente de que otros, sin dar nombres, no lo hacen... Pero yo sé ser agradecido».

Para finalizar, la anécdota que cuenta casi siempre. La de como se hizo actor, «que fue por puñetera casualidad -dice-. Yo había estado trabajando de muchas cosas, de camarero, de dependiente, en unos almacenes... Había trabajado en sitios muy diversos para ganarme la vida... Un día un amigo, que era actor, me pidió que le acompañara a un cásting, una vez en él me probaron y me aceptaron, mientras que al amigo no. Y como me gusto, repetí y... Pues que aquí estoy, ya digo, de puñetera casualidad».