La otra noche le vimos bajar de la habitación de su hotel vestido con chilaba corta, le preguntamos que a dónde iba de esa guisa y contestó: «A darme un baño en la piscina». | Click

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Pablo Carbonell es, desde ayer, padrino de la Fundació Natzaret. Y es, además, cantante, monologuista, actor, pero sobre todo buena persona. Ayer por la mañana hablamos con él en el hotel Valparaíso.

Última Hora: ¿Sabe? Después de oírle cantar con Los toreros muertos y conocerle como reportero, en ‘Caiga quien Caiga’, nos ha sorprendido a todos ver lo buen actor que es. Porque como médico en ‘Hospital Central’ lo hizo sensacional.
Pablo Carbonell: Pues ese es un personaje que echo mucho de menos. Sí. ¿Sabe como lo preparé? Pues lo preparé yendo a quirófanos, asistiendo a operaciones y conociendo a muchos médicos, aparte de los que tengo en mi familia, que son algunos. ¿Ysabe de lo que me di cuenta? Pues que los médicos, generalmente, son personas muy tranquilas, que dan las malas noticias así como sin despeinarse.

UH: ¿Hay en marcha algún otro proyecto televisivo de larga duración?
PC: ¡Uy!, es horrible hablar de proyectos. Y es que no se que pasa, pero cada vez que hablo de proyectos se me gafan. Pero... Sí que me gustaría volver a la interpretación, sobre todo porque es muy relajada si la comparamos con la del trabajo de reportero, por ejemplo. Lo digo porque yo he sido reportero en Caiga quien caiga y en unas intervenciones que hice para Buenafuente.

UH: Sabemos que tiene una hija con problemas de movilidad, lo cual en un país como este, donde se han recortado las ayudas, es otro problema.
PC:Yo en esto he tenido bastante suerte. Nos anunciaron que nuestra hija no iba a caminar, y después de siete operaciones, ‘escayolizaciones’ y otros tratamientos, vemos que ahora Mafalda, mi hija, camina. Por ello yo voy a tirar pétalos de rosa por donde pise Tomás Epeldegui, director de traumatología del Niño Jesús de Madrid, que para mí es mi héroe. Por cierto, si me permite un inciso, en la tele tendría que haber más series de médicos y menos de policías. Los médicos, a parte de que humanizan a la sociedad, su trabajo es vocacional, a la vez de un ejemplo para todos.

UH: ¿Cómo recuerda la época de Los toreros muertos?
PC: Los recuerdos son inmejorables. Actualmente, Los toreros muertos nos reunimos cada vez que nos llaman de Colombia, un país muy pintoresco. Allí vive un tipo que tiene un tentadero en su finca, que es gigantesca, que nos paga los billetes, los hoteles de cinco estrellas y lo que le pedimos para que cantemos ante su familia y sus amigos. Y lo hacemos y regresamos a España encantados. Sí, porque ganamos dinero y encima ensayamos.

UH: ¿Pueden regresar algún día Los toreros muertos?
PC: Mi intención es, en noviembre, comenzar una gira con Los toreros muertos. Sé que no podemos pretender llenar grandes espacios, pero vamos a volver, y para la ocasión, si podemos, volver con mis amigos, Miguel Costas, de Siniestro Total, y El Lichis, Porque repertorio si que tenemos. Cuatro discos, ¿sabe? Por lo que no vamos a hacer ninguna canción nueva... aunque lo que si me gustaría sería grabar un disco de Los toreros muertos... en vivo. Y me gustaría grabarlo en un circo, en Circo Price. Es una idea que lanzo por si a alguien le interesa.

UH: ¿Nos da la impresión de que siente añoranza por ese ruedo?
PC: Hombre, pues sí. Vamos con los amigos, te reciben en todas partes. Es que parece como si regresas a un campamento.

UH: ¿Tenían fans...?
PC: Sí. Esta feo decirlo, y más cuando uno ya vive en pareja, pero sí. Eso era un no parar.

UH: Volviendo a la realidad, al hoy puro y duro, ¿qué opina de la situación de España? Porque, muy chunga, ¿no?
PC: Cuando me paro a pensar en eso, creo que somos un experimento. Que las potencias exteriores nos están usando como conejillos de Indias. Porque el puteo al que nos somete continuamente el Gobierno, por ejemplo, a nivel de multas... ¡Es que los propios carteros están desolados! Cada vez que llaman a la puerta, la gente se los queda mirando asustada: ¿Qué me traes esta vez ? ¿Otra multa...? ¿Otra reclamación...? ¿Otro impuesto...? Y luego, encima, que veamos a Mariano Rajoy, sin despeinarse y sin ninguna aflicción, haciendo todo lo contrario que prometió en campaña, o que no conteste a ninguna pregunta, o que tenga al pueblo ninguneado y diciéndonos encima que ellos están ahí porque nosotros los hemos puesto... ¡Eso es una broma monstruosa! Y encima, luego te preguntas por qué este alcalde ha hecho esta obra publica que no tiene ninguna utilidad, o estos tranvías, o estos aeropuertos, o estas ciudades de la Cultura, etc. En fin, que habría que haberles hecho una pirámide y haberlos metidos a todos en ella.