La reina doña Sofía, entre sus nietos Miguel y Froilán, llegando al Calanova. | Pedro Prieto

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Segunda semana de agosto. La Copa del Rey de Vela ya es historia. Ha sido una Copa del Rey en la que el Rey, por prescripción facultativa, no ha competido, pero sí ha estado en la entrega de premios, compartiendo un rato con los participantes.
Bien. Segunda semana de agosto, decimos, y aunque con cambio de escenario y de personajes, seguimos con la vela, ya que ayer por la mañana, tres de los cuatro hijos de los duques de Palma, Juan Valentín, Pablo Nicolás y Miguel, y los dos de la duquesa de Lugo, Froilán y Victoria Federica, asistieron por segundo año consecutivo a los curso de vela que a lo largo de la presente semana se impartirán en el Club Calanova.
A poco de llegar, y una vez que hubieron contactado con sus monitores, la Reina, sus dos hijas, las Infantas y la prima de éstas María Zurita regresaron a Palacio. A partir de ahí, la actividad no cesó a lo largo de la mañana.
Los nietos de los Reyes, distribuidos en grupos -uno por cada embarcación- recibieron, en primer lugar, clases teóricas, para, a continuación, tras colocarse los chalecos, pasar a la práctica, accediendo a las pequeñas embarcaciones a vela, una vez que las hubieron trasladado hasta el agua, con las que se hicieron a la mar.
Desde la distancia en que nos encontrábamos, pudimos apreciar una inmejorable actitud por parte de los niños y una total integración en el grupo, dos cualidades fundamentales para coronar con éxito un trabajo como éste.
Con la presencia en estos cursos de vela que se imparten en el Club Calanova, de cinco de los seis nietos de los Reyes -Irene es todavía muy pequeña-, queda más que asegurada la tradición marinera que impera en la Familia Real, donde tanto el Rey como la Reina y sus hijos el príncipe Felipe y la infanta Cristina son consumados navegantes de brillante palmarés en competiciones de vela.