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Si no estabas invitado y esgrimías tu propia pulsera no había nada que hacer y no entrabas. La estrella del pop Kylie Minogue presentó ayer en una cala de la costa de Eivissa y ante un selecto grupo de periodistas su nuevo trabajo, Aphrodite. Eran las siete de la tarde cuando la cantante australiana hacía su aparición para explicar los detalles de uno de los discos más esperados de la temporada ante medios desplazados ex profeso para la ocasión.
La cantante se mostró sorprendida cuando le comunicaron que su último single, All the lovers, ya ha alcanzado el «número uno» en ocho países: «Es maravilloso y, de alguna forma, le da sentido a todo nuestro trabajo». «Cuando empezamos a componer este disco plantamos una semilla que ahora, tantos meses después, por fin ha florecido», dijo. Minogue se mostró precavida sobre la recepción que se le pueda dispensar a su nuevo trabajo: «Es un disco que se debe escuchar con la mente abierta, sin pensar en lo que haya hecho antes». En cualquier caso, la cantante reconoce que Aphrodite es un disco «feliz».
La lentitud y la calma exasperan a Minogue, que a sus 42 años mantiene la endiablada vitalidad que le ha caracterizado desde sus inicios.Ayer adelantó en Eivissa que Get out of my way será el segundo single de este trabajo, uno de los más esperados de la temporada.