Diecinueve carrozas y cuarenta y cinco comparsas fueron las responsables de la fiesta a la que se sumaron familias enteras y grupos de amigos que como público creaban comparsas sin inscripción y seguían el espectáculo moviendo su cuerpo al son de la música que se emitía desde todas las carrozas y el repertorio musical festivo que era la música de fondo de las coreografías de las comparsas.
Sin embargo, los ‘niños de más de treinta años’ disfrutaron de las canciones de los ‘Payasos de la tele’ que dos comparsas recrearon en homenaje al recién fallecido Miliki. La gallina Turuleta bailaba al son de esta inolvidable canción de nuestra infancia sin que los sonidos de una y otra comparsa y de las diversas carrozas se entremezclaran. El público congregado en las calles de Palma se iba vistiendo de carnaval a medida que avanzaba la cabalgata de disfraces. Todos ellos terminaron con sus ropas decoradas por confeti multicolor y disfrazados de una de las estaciones de Vivaldi, el invierno. Y es que a medida que avanzaba la noche, el frío y el viento obligaba a sacar guantes, gorritos de lana y bufandas que les permitieran seguir disfrutando del espectáculo que llenaba de colorido las calles de Palma. A las siete y media de la tarde, cuando ya había anochecido, finalizó sa Rua.
El jurado deliberó durante media hora y a las ocho de la tarde se entregaron los premios que otorgaban diversas empresas comerciales. ‘Shambhala’ obtuvo el primer premio de comparsas y ‘Los dragones en la fortaleza s’Olivera’ ganaron el de carrozas
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