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El boxeo mallorquín aguarda una velada histórica. Este sábado (19 horas), el Palma Arena puede coronar a Sang Nguyen como campeón de la Unión Europea (EBU) del peso ligero. Una cita esperada, pues el poseedor de la corona, Andy Murray, renunció a la misma y la dejó vacante meses atrás, a la espera del combate pactado ante Nguyen, que nunca llegó a celebrarse. Esos meses se le han hecho eternos al campeón nacional, que afronta doce asaltos que le pueden llevar a la leyenda.

Le aguarda otro boxeador español, Rudy Encarnación, un rival «peligroso. Ya le conocía. Físicamente es fuerte y es más competitivo que Murray. Pero ahora ya no hay vuelta atrás y nos dejaremos la piel, aunque será un combate largo y duro», explicaba Nguyen, que en 2009 sólo ha podido disputar un combate. Todo un hándicap para el mallorquín. «Han sido meses difíciles desde que se anuló el combate, y ahora, más que nunca, sé que esta oportunidad no se puede dejar pasar», asevera un motivado Sang.

Nervios
La tensión previa la nota Nguyen en el ambiente. «Más que nervios, hay presión, pues peleo en casa y la gente espera que gane. Me voy a vaciar, pero en un combate pueden influir muchos factores». Su preparación en las jornadas previas no trae nada nuevo al programa desarrollado en las semanas previas. «Ahora, la pelea está en la báscula», bromea el púgil, que cuenta las horas para subirse al cuadrilátero en el combate que culmina una velada con dos choques amateurs (Jorge Sánchez-Juan Antonio Alemany y Àngel Lorente-Sergio Romero) y cinco neoprofesionales (Momen-Moha, Gabriel Rodríguez-Gabriel Cabeza, Santi Bustos-Iván Cesáreo, Juan Florit-Rubén Nieto y Joan Forteza-Víctor Ramis).