Nochevieja en la plaza de Cort de Palma. | Pere Bota

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Posiblemente esta Nochevieja haya sido una de esas que se recordarán mucho en el futuro. Casi como la de 2000, porque muchos factores se conjugaron en un sólo día y eso siempre es un extra en el ánimo de la fiesta.

La noche del jueves, 31 de diciembre, se cumplieron nada y más y nada menos que cien años desde que, por primera vez en España, se comieran las uvas al compás de las campanadas de fin de año. Lo que nació como una medida para dar salida al exceso de producción se ha convertido en la denominación de origen de las fiestas navideñas españolas. Luego tenemos la presidencia de la Unión Europea, que va a poner a Balears como escenario de diversas celebraciones y que fue motivo de que la fachada de Cort se iluminase de azul.

Pero la celebración que importa en este momento es la que hubo en toda la Isla y especialmente en Palma. Una hora antes de que En Figuera tocara las campanadas, la Plaça de Cort presentaba un aspecto de alegría y calidez, en parte gracias a los ¿Dónde estabas? tú? que aportaron la música. También estuvo Madò Pereta, que se llevó más de una foto de turistas y residentes. Como ya es habitual en los últimos años, la plaza era un crisol de nacionalidades, llamó la atención la cantidad de chinos y subsaharianos, muchos sudamericanos, algunos turistas y, lo que menos? mallorquines.