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Su hijo Fair Leonardo (el primero de arriba a la izquierda en la pancarta de la foto), de 26 años y una discapacidad psíquica, desapareció de Soacha ( en la periferia de Bogotá. Colombia) el 8 de enero de 2008 y el 16 de septiembre de ese mismo año Luz Marina Bernal Parra recibió una llamada en la que le informaban de que se había encontrado su cadáver en una fosa común del municipio de Ocaña (a 19.00 horas en autobús). Había sido ejecutado el 12 de enero.
Fuentes oficiales del Ejército le aseguraron que Fair Leonardo -además padecía una sordera- era miembro de un grupo armado ilegal y había muerto en combate. Esta es la historia de una de las madres de Soacha, que por primera vez visita España -ayer estuvo en Palma- y otros cinco países europeos más, gracias a Amnistía Internacional (AI), para prestar testimonio de las más de tres mil ejecuciones extrajudiciales a manos de las fuerzas de seguridad colombianas.

-¿Cuál es la verdad de estas muertes?
-La verdad es que mi hijo y otros muchos han sido asesinados, a lo largo y ancho del país, por el propio Ejército colombiano para cobrar las recompensas que aprobó el Gobierno de Uribe por la captura o abatimiento en combate de miembros de grupos guerrilleros al margen de la ley. Al Ejército se le exigen resultados, porque Colombia está recibiendo dinero de muchos otros países para acabar con el narcotráfico y con el paramilitarismo, pero como eso no ocurre desde hace tiempo ejecutan a jóvenes pobres y montan escenarios, vistiéndolos de guerrilleros y poniéndoles armas en sus manos, para aparentar muertes legales de guerrilleros o narcotraficantes.

-Ustedes reclaman justicia y encuentran amenazas
-En efecto, todas estamos amenazadas y también nuestros hijos y los abogados o defensores de los derechos humanos que nos apoyan.

-¿Y qué hace el Gobierno?
-Ni se molesta en recibirnos, hasta tenemos que pagar el traslado de los cadáveres de nuestros hijos, yo debo 4.000 euros, que son 8 millones de pesos.

-¿Qué es lo más duro de esta lucha?
-Lo más duro es encontrarte frente a frente con los militares que asesinaron a tu hijo y ver cómo se burlan de ti con sus miradas. Nos tememos que no vaya a existir justicia y que estos casos se queden en la impunidad.

-¿Qué esperan encontrar en Europa?
-Pedimos que se presione para que el Gobierno asigne a unos jueces específicos para juzgar estos crímenes. Pues llevamos dos años estancados y algunos de los responsables han sido liberados por vencimiento de términos gracias a la táctica de dilatar las audiencias.