Juan CArlos Alía, al salir de la prisión. | Joan Torres

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A las ocho y veinte minutos de la tarde de ayer Juan Carlos Alía, ex gerente del Ibatur durante la pasada legislatura, abandonó la cárcel de Palma después de abonar una fianza de 150.000 euros fijada por el juez de Instrucción nº 2. «Lo que me ha ocurrido es un síntoma de como está el país, no existe el derecho constitucional a la presunción de inocencia», dijo el principal implicado en el 'caso Ibatur' a los periodistas que le esperaban a la salida de la prisión.
Alía, que confesó sentirse «aliviado y con ganas de volver a casa», rechazó que su estancia en la cárcel haya sido una fórmula para denunciar a sus superiores en la Conselleria de Turisme. «No tengo nada ni a nadie que denunciar», dijo el ex responsable del Ibatur, al tiempo que negaba el cobro de cualquier tipo de comisiones en la gestión del organismo público.
En la misma línea, Juan Carlos Alía descartó cualquier intento de fuga, tal y como se justificó su ingreso en la cárcel desde el pasado mes de julio, preguntándose de manera retórica «¿dónde voy a ir después de 32 años en Mallorca?».
Juan Carlos Alía abandonó el recinto penintenciario acompañado de algunos familiares, los cuales tuvieron que esperar varias horas hasta que finalizaron los trámites burocráticos para completar su excarcelación. Alía puso especial empeño ante los periodistas en preservar la intimidad de sus acompañantes, los cuales le tuvieron que retirar para que finalizase sus declaraciones.