'La montaña rusa', protagonizada por Arturo Fernández y Carmen del Valle, se verá en el Auditòrium de Palma del 3 al 7 de noviembre. | J. TORRES

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Las dos semanas que La montaña rusa estuvo en cartel durante el año pasado en Palma no fueron suficientes para Arturo Fernández. Muy ilusionado y con las pilas cargadas, el veterano intérprete habla de este montaje como si fuese la primera vez que lo representa. «Cuando consigues un éxito, nunca sabes cuándo va a terminar», explica el intérprete, quien, además, dirige y produce la obra. Acompañado por la premiada Carmen del Valle, el popular 'chatín' demostrará sus dotes de galán del 3 al 7 de noviembre en el Auditòrium de Palma.

-¿Por qué volver a Mallorca tan sólo un año después de haber pisado esta tierra?

-Palma tiene mucha sensibilidad y arte en todos los aspectos. Es una ciudad que tiene un público con magníficas cualidades. Estuvimos dos semanas el año pasado y nos podríamos haber quedado dos meses. Esa es la razón por la que volvemos. La gente es amable y educada, eso se ve en pocos sitios hoy en día.

-¿Qué tiene La montaña rusa que tanto ha enganchado al público?

-Trata una situación muy realista, donde el espectador se siente muy identificado. Como moraleja, si tu mujer está de viaje no se te ocurra llevar una chica bella a tu casa porque te puede suceder lo que le sucede a este hombre. Es un aviso gordo para los navegantes.

-¿Cuál es el secreto del texto de Eric Assous para que usted se haya implicado al cien por cien en la obra?

-Todas mis comedias las he dirigido y producido, puesto que llevo unos 40 años con mi propia compañía. La montaña rusa es muy especial y, probablemente, es mi mejor comedia. Todo lo que soy se lo debo al público, puesto que jamás en mi vida he pedido una subvención a ningún Gobierno. La creatividad no necesita dinero. Precisamente, por ese respeto hacia el público procuro que el próximo espectáculo sea mejor que el anterior. Los asistentes nunca han salido defraudados por el conjunto que ve de profesionalidad y respeto.

-¿Cómo surge esa química tan particular con su compañera Carmen del Valle?

-El público percibe esa química que existe entre Carmen y yo porque posiblemente los que más nos divertimos en esta función somos nosotros. Carmen es el gran acierto de esta obra. Se necesitaba una gran protagonista, una actriz de primerísima línea. Nadie podría interpretar este papel como ella y para mí es un privilegio actuar a su lado.

-La fama de seductor nato parece acompañarle siempre. ¿Lo considera un halago o, en ocasiones, un lastre?

-Siempre es un halago, las cosas bellas siempre favorecen. Agradezco mucho si me ven como un seductor, pero lo soy encima de un escenario por exigencias del texto. En la calle, una sonrisa basta para seducir, es un detalle de educación y de respeto hacia los demás.

-Ahora que están tan de moda los reencuentros, ¿para cuándo una reunión de La casa de los líos?

-No creo que se vuelva a hacer nunca más La casa de los líos , ni creo que yo vuelva a la televisión, no me apetece. Yo soy un actor de teatro y tanto los éxitos como los fracasos son culpa mía. Si me equivoco me equivoco yo, pero en las televisiones manda mucha gente y eso es horroroso en esta profesión.

-Hablando de líos, ¿qué le han parecido las declaraciones de León de la Riva, alcalde de Valladolid, sobre la ministra Pajín?

-Desconozco el texto íntegro sobre las declaraciones, pero cualquier momento se aprovecha para distraer la verdadera situación que estamos viviendo en este país. Hay que hacer el amor porque la vida es corta.