David Gelabert, Carmen Palomino, Cati Socías, Jesús Jurado, Miquel Ensenyat, Sebastià Taltavull, Francisca Mora, Margalida Prohens y Mauricio Rovira. | Eugenia Planas

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El acto institucional del Consell de Mallorca tuvo lugar por vez primera dos días antes de finalizar el año. Con un Teatre Principal iluminado por las luces navideñas, se celebró la Diada de Mallorca.

El 31 de diciembre recuerda la entrada de las tropas de Jaume I en la Palma musulmana, entonces llamada Medina Mayurqa, en el año 1229. Representantes de todas las formaciones políticas de Balears, alcaldes de los pueblos de la Isla y representantes de diversas entidades privadas y públicas isleñas acudieron al acto, organizado para ser una celebración de novedoso estilo, creativa y artística. El circo fue el gran protagonista y varios grupos circenses subieron al escenario para llenar de acrobacias y color la velada.

El espectáculo multicultural del Quartet de Jaume Compte, la compañía Circ Bover, el Grupo Capel·la y las compañías circenses Hotel Iocandi yAtirofijo pusieron la nota lúdica del evento donde no faltó el discurso del president del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat. Si el espectáculo artístico se presentó como metáfora de una Mallorca abierta al siglo XXI, el parlamento del anfitrión de la velada estuvo lleno de buenas intenciones para los años por venir y con miras a la pluralidad isleña y a su futuro. Le escucharon con suma atención las autoridades presentes en la sala, el obispo de Mallorca Sebastià Taltavull, cónsules, profesionales de la banca y empresarios, y representantes del mundo cultural y artístico. El acto, que fue presentado por María Bauzá y cuya vertiente artística estuvo dirigida por el director de escena Biel Jordà, finalizó con el canto de La Balanguera. La mayoría de los presentes corearon el himno, en pie, con gran emoción, en fechas de villancicos navideños.