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Las asociaciones de padres y madres de alumnos (Apimas) de los colegios públicos de las Islas están a un paso de suprimir las actividades extraescolares que desde hace años se ven obligados a organizar y sufragar, por la dejadez de la Conselleria d´Educació, y exigir la vuelta a la jornada partida en estos centros como única salida para conciliar la vida laboral con la familiar si no existen estas actividades.


El presidente de la Coapa-Balears, Fernando Martín, ya lo advirtió nada más finalizar el pasado curso escolar y lo reitera ahora dada la nula respuesta de la administración. «Lo último que queremos es la confrontación, porque no suele beneficiar a nadie, pero la situación es límite», asevera.


Y así la resume Martín: «Las federaciones están en una situación crítica, al borde de la quiebra y no podemos mantener por mucho más tiempo la carga económica y de organización que suponen estas actividades que, a la vez, necesitamos como el respirar, por lo que si decidimos que ya no nos podemos encargar más de ellas exigiremos la reimplantación de la jornada partida, como tienen los centros concertados, alegando el incumplimiento por parte de la Conselleria de los compromisos firmados cuando se cambió a la jornada continua que hoy día tienen todos los centros públicos, excepto 4 o 5».


Las asociaciones de padres, explica, han asumido desde hace años la realización de las actividades extraescolares y formación de los padres con unas subvenciones «miserables», que para el curso próximo ni siquiera están garantizadas. Algunas deben bastante dinero y la Federación, se ha visto en la necesidad de financiarles la deuda. «Y es que con la ayuda que da la administración a las asociaciones de padres -350 euros al año para su funcionamiento y un máximo de 700 euros al curso para actividades- no hay ni para empezar». Organizar estas actividades, aclara, cuesta una media 30 o 40 euros por actividad y alumno y la mayoría de los escolares que realizan estas actividades (al menos el 30% de cada centro) hace una media de tres actividades semanales, «así que es fácil vislumbrar el coste al que tienen que hacer frente las familias».


Denuncias


Si se toma la decisión de no asumir más de estas actividades, añade Martín, lo más probable es que los padres de cada centro reclamen a la Conselleria el cumplimiento de los acuerdos alcanzados cuando se generalizó, en los años 90, la jornada intensiva en los centros públicos, referidos a la organización por parte de la administración de actividades extraescolares. «Si la Conselleria no atiende estas demandas, entonces se presentarán denuncias y el caso pasará a los tribunales».