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El 4 de octubre de 2007 ha pasado a la historia como un día triste para Ciutat. Un 'cap de fibló' sembraba el pánico y dejaba un rastro que mil días después sigue patente en algunos rincones. Uno de los escenarios más emblemáticos que sufrió sus consecuencias fue el Palau d'Esports de Son Moix, que camino de los tres años del desastre parece encarar al fin el tramo decisivo de los trabajos que le permitirán recuperar su plena actividad y volver a ser el epicentro deportivo de la capital mallorquina.

El equipo que encabeza la nueva presidenta del Institut Municipal l'Esport (IME), Maribel González, ha trazado el libro de ruta a seguir para encauzar un proyecto que tiene como reto finalizar la reforma en 2012.

Solventado el problema de financiación que detuvo los trabajos -«estamos ante un proyecto de 18 millones de euros y no se resuelve de un día para otro», recuerda González-, el convenio con el Govern, que a través de la Llei de Capitalidad inyectará un millón de euros anuales, ha agilizado el proceso que ha recibido un espaldarazo añadido con la unificación del proyecto, con el que se gana «en garantía administrativa, gestión clara y transparente. Buscamos la mejor situación técnica, que es lo que nos condicionó a disponer dos licitaciones en una», señala González.

De esta manera, se consigue una unidad estructural en saneamiento y en la red de instalaciones, buscando un recinto sostenible, incidiendo de forma especial en la piscina, donde la posible reducción del vaso ayudaría a contar con un gasto inferior en climatización.

La obra en el pabellón es la que menos complejidad lleva consigo, aunque en algunos aspectos estará condicionada a la de la piscina. El recinto polideportivo contará con un aforo próximo a las 5.000 localidades, con posibilidad de ampliación. La ubicación del marcador no está definida, mientras que el anterior parqué se reutilizará en otras instalaciones del municipio. Las obras está previsto que se inicien en el primer trimestre de 2011, todas a la vez. El proyecto de ejecución estaría listo en noviembre de este año, para adjudicarse la obra a principios del próximo y entre febrero y marzo comenzar la actividad en todo el recinto.


Plazos

La actividad en el pabellón espera prolongarse por espacio de entre diez y doce meses, mientras que en la piscina los intervalos se mueven entre los dieciocho y los veinte meses. En 2012 debe estar plenamente operativo el recinto. «Son Moix estará, quizás no cuando querían los ciudadanos y nosotros mismos, pero va a estar», explica la responsable de la parcela deportiva de Cort, quien deja ver que «ningún usuario se ha quedado sin instalación.

Es más, el IME h crecido en los tres últimos años en cuanto a número de usuarios gracias a su red de instalaciones. Pero con Son Moix alcanzaremos la excelencia».

La piscina es la que demanada una actuación más intensiva. Se mantendrá la distancia de 50 metros, aunque su profundidad no está definida y las gradas podrían desaparecer en uno de sus costados. Las filtraciones que sufría y el hecho de haberse quedado obsoleta obligaban a una intervención independientemente del 'cap de fibló'. Eso sí, será nueva del todo y se mantendrán las torres de saltos cubiertas, con una plataforma de cinco metros y trampolines de tres metros y puede que de uno, un aspecto todavía por perfilar.

La estructura se conservará, al ser sólida y no verse afectada de igual manera que la cubiertas y otras áreas de un Son Moix en el que siempre ha habido actividad, aunque hasta el momento, sólo la cubierta del pabellón se presenta como trabajo visible.

El Palau d'Esports quiere recuperar su prestigio y el lugar que le corresponde, zanjando un período oscuro que ha dejado a Ciutat sin uno de sus iconos.