Hermenegildo Fernández, en los juzgados de Via Alemania poco después de ser detenido por la muerte de la joven.

TW
3

Hermenegildo Hernández ya tiene condena. Tal y como dejaba entrever el veredicto del jurado, el asesino de Laura Gallego ha sido condenado a una pena de 23 años de prisión. El tribunal popular consideró probado que el entonces novio de la joven la mató a golpes, sin que ésta se pudiera defender y con un encarnizamiento que llevó incluso a que la golpeara con un objeto contundente cuando ya había muerto.
La sentencia de la magistrada Mónica de la Serna relata cómo en la mañana del 13 de septiembre de 2008, el acusado comenzó a golpear a su pareja, Laura Gallego, en el garaje de es Figueral en el que ambos vivían. El ataque buscaba acabar con la vida de la joven y se produjo cuando la víctima no se podía defender, puesto que había consumido drogas. Además, el aluvión de golpes que recibió mermó su capacidad de reacción ya que prácticamente no podía respirar después de que un fuerte impacto en el cuello le llegara a romper el tiroides y a causarle daños en la laringe. De esta forma, la joven no pudo hacer nada cuando su pareja se colocó encima de ella, apoyó las rodillas contra su espalda y le reventó varias costillas. Algunas de ellas se clavaron en los pulmones de la joven y este hecho, junto a la presión que el condenado hacía en su espalda, provocaron la muerte de Laura Gallego por asfixia. El acusado, después, aún le provocó una gran brecha en la frente con algún objeto contundente y, al intentar limpiar la sangre del cuerpo quemó el vientre de la fallecida.
El jurado basó buena parte de su veredicto en la declaración de los forenses que trataron a la joven. Éstos indicaron que la paliza se prolongó durante mucho tiempo y describieron las heridas que sufrió la joven mediante una serie de fotografías del cuerpo proyectados en el juicio. El jurado también valoró que el acusado admitió durante el juicio que se había «enfadado mucho» con Laura Gallego y que oyó crujir las costillas de la joven, aunque según su versión en un intento de reanimación.
Varios testigos afirmaron el juicio que oyeron en alguna ocasión cómo el acusado amenazaba de muerte a la joven. Durante el día de los hechos, a una vecina del barrio le llamó la atención que la puerta del garaje estuviera cerrada. Normalmente la pareja dejaba abierto el lugar, un sótano sin ventilación ni luz natural, más aún en pleno verano. Otro punto que destacó el jurado en su veredicto fue que el asesino no actuó condicionado por drogas, dado que después intentó camuflar la muerte: limpió el cadáver y parte de la casa.
La pena de prisión que impone la magistrada se corresponde a la que solicitaba la Fiscalía, dos años menos de lo que pedía la acusación particular. Junto a la pena de prisión, se impone una orden de comunicación por 25 años de Hermenegildo con la familia de la víctima y el pago de 120.000 euros al hijo de la víctima y de otros 50.000 a la madre.