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El Inter de Milán y el Real Madrid han llegado hoy a un acuerdo económico para liberar al técnico portugués José Mourinho, confirmaron a EFE fuentes próximas al entrenador.

La rescisión del contrato del luso costará al Real Madrid alrededor de 8 millones de euros, según la prensa italiana, después de que el Inter haya aceptado rebajar los 16 millones de euros que pedía inicialmente.

Mourinho será presentado como nuevo entrenador del Real Madrid el próximo lunes. El propio Florentino Pérez anunció el pasado miércoles que el técnico campeón de Europa sería el sustituto del chileno Manuel Pellegrini, que ayer firmó la rescisión del contrato que le vinculaba por otra temporada al club blanco.

El acuerdo se produce tras la reunión mantenida hoy en Milán entre el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y el máximo dirigente del Inter, Massimo Moratti, para decidir el futuro del técnico portugués.

Esta misma mañana, Moratti aseguró en un videochat organizado por el diario deportivo italiano «Gazzetta dello Sport» que no rebajaría la cláusula de rescisión del luso.

Se resuelve de este modo una negociación que desde hace una semana centraba la atención de la prensa deportiva internacional, que en los últimos días ha seguido de cerca los pasos de Mourinho, quien ya había expresado su voluntad de dejar Italia en favor del Real Madrid.

El portugués llegó al Inter en junio de 2008 y aún le restaban otros dos años de contrato con la entidad milanesa.

Mourinho concluye así dos años de éxitos en el club «neroazzurro», con el que ha ganado, entre otros, una Copa de Italia, dos «scudetto» y una Liga de Campeones, un título que se le resistía al Inter desde hace 45 años.

El Inter deberá ahora buscar un nuevo entrenador aunque Moratti declaró esta misma mañana que todavía no había tomado una decisión con respecto al banquillo 'interista', pero sí admitió que algunos de los técnicos que pueden interesar al club son el español Pep Guardiola, el actual seleccionador inglés Fabio Capello o el checo Zdenek Zeman.

El presidente interista reconoció, sin embargo, la dificultad de llevar a Milán a entrenadores que se encuentran muy ligados a sus actuales clubes.