Toni Tauler revisa su bicicleta antes de un entrenamiento en el Palma Arena. | Jaume Morey

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Otro nuevo y extraño caso de presunto dopaje amenaza con manchar el historial del deporte balear. Ni la Federació de Ciclisme de les Illes Balears (FCIB), ni la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC), ni el Consejo Superior de Deportes (CSD), ni la Agencia Española Antidopaje (AEA) han recibido todavía ninguna notificación oficial, pero Toni Tauler podría haber dado positivo por Eritropoyetina (EPO, una hormona de síntesis que aumenta la cantidad de glóbulos rojos y mejora el rendimiento muscular) en un análisis realizado durante el pasado mes de marzo, justo a las puertas del Campeonato del Mundo de pista de Ballerup (Dinamarca), en el disputó la prueba de americana junto Unai Elorriaga aunque no completó su participación por culpa de unos problemas de estómago. Al parecer y según fuentes de la lucha antidopaje consultadas ayer por la Agencia Efe, el ciclista de Santa Margalida «solicitó el contraanálisis y se encuentra a la espera de conocer el resultado. Hasta que no se conozca el resultado y atendiendo a la reglamentación sobre protección de datos no se puede comentar nada».

Tauler, que hasta el momento ha preferido guardar silencio, sí que ha subrayado a su círculo más íntimo que está convencido de su inocencia y que espera que el asunto se aclare durante las próximas semanas. Sin embargo, si el contraanálisis confirma la presencia de sustancias dopantes en la sangre del corredor mallorquín, estará expuesto a dos años de sanción y a una multa económica, así como la retirada de las becas del plan ADO y del Govern balear.

A sus 36 años, Tauler podría ver ahora como se trunca definitivamente su dilatada trayectoria profesional. Ex corredor del Ros Mary (1998), Kelme-Costa Blanca (1999-2003), Illes Balears (2004-2005) y 3 Molinos-Resort (2006), el balear había centrado su carrera en la pista a partir de 2006.

Precisamente en febrero de ese mismo año, el medallista olímpico en Pekín ya protagonizó otro caso repleto de sombras mientras participaba en la Vuelta a la Comunitat Valenciana con el 3 Molinos. Una visita de los vampiros de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en la que también fueron requeridos sus compañeros Rafa Casero y Alberto Benito le declararon «no apto» para tomar la salida y le obligaron a detener su actividad quince días. El motivo fue el bajo nivel de reticulocitos que arrojaban los análisis, aunque el propio Tauler se ofreció a ser sometido a una nueva prueba de orina para destacar la presencia de EPO y ratificar su inocencia. Antes de eso, el mallorquín ya había invertido una parte importante de su trayecto profesional en las filas del Kelme, una formación estrechamente ligada a las operaciones Puerto y Grial. En cualquier caso, su nombre nunca se relacionó con ninguna de las dos tramas.

En esta ocasión, los interrogantes se multiplican. La muestra de sangre que le acusa fue tomada, al parecer, en las instalaciones del Palma Arena y analizada posteriormente en un laboratorio de Madrid desde el que podría haberse filtrado este supuesto positivo.

De momento, tanto la RFEC como la FCIB se niegan a valorar la información y recuerdan que no lo harán hasta que reciban la pertinente notificación oficial. En esa dirección, el presidente de la Balear, Arturo Síntes, se mostró ayer «indignado» por la aparición de la información y por «el daño que podría causarle a Toni Tauler y a su entorno».