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La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, aseguró ayer que los médicos podrán pedir el asesoramiento de un psicólogo o un trabajador social para decidir si las jóvenes de 16 y 17 años que quieran interrumpir su embarazo pueden hacerlo sin informar a sus padres. De esta manera, los especialistas evaluarán si realmente desean abortar o si existe cierta «coacción o presión» familiar.
Según explicó Jiménez en declaraciones a TVE, la ley exige que todas las mujeres menores de edad que quieran interrumpir su embarazo informen a sus padres o tutores de esta decisión, salvo que exista «temor por sufrir violencia intrafamiliar, o coacción, presión, un miedo reverencial ante la posibilidad de decírselo a sus padres».
Asesoramiento
Por ello, tal como anunció la ministra, en estos casos en que haya controversias «será el médico con el asesoramiento, si así lo estima, de un psicólogo o de un trabajador social el que acredite que esa situación de riesgo existe». «Normalmente una chica de entre 16 y 17 años que acude a interrumpir su embarazo siempre irá acompañada de sus padres o su tutor legal», reconoció la ministra de Sanidad, aunque admitió que «en el caso de que no lo hiciera, es cuando el médico tendrá que evaluar la percepción del miedo que esta chica le está mostrando».
Además de dar a conocer la nueva medida, Jiménez presentó el Barómetro Sanitario correspondiente a 2009, según el cual siete de cada 10 españoles cree que la sanidad pública funciona bien o bastante bien, situando en un 6,35 en una escala sobre 10 la nota media del Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, el 50,8 por ciento piensa que las listas de espera «siguen igual» y casi el 85 por ciento que existe un déficit de coordinación entre autonomías para ofrecer servicios.