Nofre Fuster, Jaume Cànoves, Pep Bernat, Miquel Llobeta, Tomeu Bernat y Tomeu Villalonga, listos para la batalla. | Curro Viera

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La tradición de los moros y cristianos en Pollença es más que una simple fiesta anual. Rememorando la expulsión de los corsarios que amenazaban la ciudad allá por el año 1550, miles de personas se reúnen en las calles de Pollença para reconstruir aquel enfrentamiento en un tono festivo que nada tiene que ver, por fortuna, con lo que ocurrió en realidad.

La fiesta, larga, intensa y este año más concurrida que de costumbre por haber caído en domingo, llenó la tarde de tropas pacíficas y diversión.