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«La gente conoce el flamenco comercial; nosotros defendemos el flamenco de raíz. Ofreceremos un espectáculo donde la gente no sólo vea baile, sino guitarra y cante». Farruquito, para quien su profesión es algo «genético», reunirá al clan Farruco el próximo 9 de septiembre en el Auditòrium de Palma. Allí se celebrará la sexta edición del Festival de Flamenco de Mallorca, con un show que podría contar también con Niña Pastori y Vicente Amigo.
Farruquito no actuará, puesto que ahora le «toca» ejercer de director artístico del festival. El bailaor está creando una propuesta que encabezará su hermano, Farruco, junto a su madre, Farruca; su tía, la Faraona; y sus primos, Barullo y Polito. Dos guitarristas y cuatro cantaores les acompañarán. «Queremos que sea un festival como los de antes, de los que ya no se ven. Hoy en día se da tanta importancia al argumento que no ves lo que pasa sobre el escenario», explica Farruquito. Así, cada artista tendrá su participación en solitario y al final se unirán en un «fin de fiesta», algo propio de la «naturalidad del flamenco, en el que nunca se sabe lo que puede pasar pero siempre sale algo bueno». Con este planteamiento, el espectáculo, que iniciará una gira tras su estreno en Palma, varía función tras función: «Buscamos la libertad de creación, hacer una historia diferente, que el público pueda repetir y ver algo nuevo cada noche».
El bailaor, que ayer demostró que el fútbol no es una de sus grandes aficiones, confesó no tener los pies asegurados, lució reloj Cartier y cantó las bondades y peligros de Las Vegas, recitó las claves de su éxito: «Sacrificio, constancia, saber aprender, saber decir que no y tener suerte». Y ganas. «El flamenco no es como la música clásica; no hay libros que expliquen sus reglas. Nuestros libros son los maestros y las vivencias».