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El fotógrafo Víctor Prieto (Valencia, 1976), afincado en Eivissa desde los once años, inaugura este 13 de abril su primera exposición en Estados Unidos. Llevará por título Castilla La Mancha-Nueva York, en armonía y será en un lugar emblemático de Nueva York, el Instituto Cervantes.

Según el autor, la muestra es una idea común suya con el también fotógrafo y presentador de radio José Talavera y nació casi «por casualidad». «Todo dió sus primeros pasos cuando él iba caminando por Toledo y al encontrarse de frente con la Torre de la Catedral reparó en su gran parecido con una fotografía de la cúpula del edificio Chrysler de Nueva York que yo le había enseñado un tiempo antes», bromea Pérez.

Aquella «revelación» fue el germen de una aventura que se ha prolongado en el tiempo «más de lo deseable» y que, finalmente, ve la luz. «Comenzamos a hacer las fotos en febrero de 2008, estuvimos trabajando en el proyecto durante casi nueve meses pero por la crisis, el cambio de gobierno o los recortes en Cultura, todo se paró hasta que con la celebración del Año del Quijote se juntaron todos los astros y conseguimos que la idea le interesara al Instituto Cervantes de Nueva York», comenta el fotógrafo.

Así, los visitantes podrán disfrutar hasta el 19 de abril de una selección de 50 imágenes, divividas en dos cada una de ellas, en las que se puede ver una comparativa entre la tierra manchega y esta ciudad. «La idea es que todo aquel que vea las fotografías descubra que Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma moderna, viva e imprescindible, y con muchísimos rincones preciosos que están mucho más cerca de lo que nos creemos», asegura.

Sorprendentes comparaciones

Sin embargo, llevar a cabo dicha selección no ha sido tarea fácil para Prieto y Talavera ya que durante sus meses de trabajo llegaron a realizar más de 30.000 imágenes. «Al principio el proyecto iba a quedar reflejado en un libro en el que aparecieran sólo 300 fotografías, lo que ya suponía un gran esfuerzo de selección, pero ahora todo ha sido aún más complicado porque Castilla-La Mancha y Nueva York tienen muchos más rincones parecidos de lo que la gente se piensa».

Aún así, lo consiguieron y por ejemplo, el visitante podrá disfrutar en Castilla La Mancha-Nueva York, en armonía con sorprendentes comparaciones como las cúpulas de la torre de la Catedral de Toledo y el edificio Chrysler de Nueva York, un campo de olivos frente al castillo de Almonacid de Toledo y un edificio en Rockefeller Park, un árbol hundido en las Lagunas de Ruidera y otro frente a un edificio en Battery Park, un arco de las ruinas de una iglesia en Casarrubios del Monte, Toledo, y un arco del Puente de Manhattan desde Brooklyn, o un descanso de ancianos en Moya, Cuenca, y personas sentadas tranquilamente en Roosevelt Island.