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Con 38 años recién cumplidos, Marga Fullana rezuma la misma ilusión que aquella joven descarada que humillaba a sus rivales en el cambio de siglo. Con mentalidad renovada y una planificación revolucionaria, la ciclista de Sant Llorenç inicia el tramo decisivo de un 2010 en el que vuelve a rodar sobre su inseparable bicicleta Massi, se ha propuesto recuperar el cetro continental y mundial del mountain bike y desea sentar las bases de los que están llamados a ser sus cuartos Juegos Olímpicos. Tras las decepciones de Atenas y Pekín, pero con el recuerdo del bronce de Sydney, la indiscutible reina del cross country nacional apenas se dejará ver por suelo español. Los Campeonatos nacionales y alguna cita puntual serán sus únicas escalas.
«Va a ser un año diferente. Me lo voy a tomar con más calma, dosificando fuerzas y objetivos», explicaba la pentacampeona mundial de BTT, que la próxima semana abrirá la Copa del Mundo en Yorkshire (Inglaterra) antes de aterrizar en uno de sus trazados predilectos, Houffalize. Hasta ahora, Marga iba a tope de principio a fin de temporada. Eso se ha acabado, y la ciclista seleccionará sus retos. «Este año me ilusionan el Europeo, el Mundial y las Copas del Mundo, por este orden. También el Campeonato de España, por los años que llevo ganándolo. Espero tener dos picos de forma, coincidiendo con el Europeo y otro en el Mundial, para junio y finales de agosto», añade la llorencina, que a lo largo de los últimos inviernos, pero en especial en el último, ha recuperado sus excelentes prestaciones en la carrera a pie.
Marga Fullana ha sido la protagonista de las diferentes pruebas pedestres populares y oficiales, y hace unos días, rubricaba un curso sensacional a escala territorial -participó una vez más en los nacionales de cross- proclamándose campeona de Balears de media maratón. «Antes de correr en bicicleta, desde el colegio, practicaba atletismo, y me ha ayudado a completar mi puesta a punto», asegura la medallista olímpica. No en vano, su presencia en medias maratones se ha convertido en algo habitual, queriendo llevar su pasión más lejos. «Cuando deje la bici, me prepararé para maratones, quiero correr los más importantes de Europa, y otros como el de Nueva York, ¿por qué no? Entonces, tendré más tiempo para entrenar una carrera tan exigente como el maratón», asevera la balear, que no se fija un adiós al ciclismo activo antes de los Juegos de Londres. «Es un reto que me ilusiona. Me gustaría despedirme con una medalla, quitándome la espina que tengo clavada en esa competición. Después de Londres, valoraremos qué hacemos, si seguimos con la bicicleta de montaña o nos pasamos al maratón. De momento, tengo más ilusión que nunca. El apoyo de mis patrocinadores -Massi, Illes Balears, Macià Batle, Ajuntament de Sant Llorenç...- y de mi gente me hace ser más fuerte y salir a por todas», asegura Marga.