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Los socios europeos ofrecieron ayer a Grecia préstamos por valor de 30.000 millones de euros a un tipo de interés inferior al que actualmente le exigen los inversores, pero superior al del FMI, en una operación de urgencia destinada a evitar su quiebra financiera.
A pocas horas de la apertura de los mercados, los Gobiernos de la zona del euro se pusieron de acuerdo sobre las condiciones para la concesión de un primer préstamo europeo coordinado a Grecia, una primicia en los diez años de historia del euro.
El presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, aclaró que la decisión de activar los préstamos no se ha tomado todavía, «porque Grecia no lo ha pedido», pero que los compromisos alcanzados permitirán desencadenar la ayuda inmediatamente, si se produce la solicitud. Se requerirá, por lo tanto, otra decisión, por unanimidad de los Dieciséis, si el Gobierno de Papandréu pide el dinero europeo.
Programa a tres años
La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) recibieron ayer un mandato para comenzar a negociar desde este lunes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con el Gobierno griego un programa conjunto a tres años, que precisará los montantes finales, las condiciones y los vencimientos de los préstamos. El paquete de 30.000 millones acordado ayer sólo cubriría el primer año.
Otra parte de la ayuda financiera, que se calcula en alrededor de 10.000 millones de euros, será aportada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), conforme al acuerdo alcanzado por los dieciséis países miembros de la Eurozona el pasado 25 de marzo.