Paco Olmos, técnico del ViveMenorca. | Redacción Digital

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El pasado ha muerto y el futuro está por escribirse. Sólo resta aferrarse al presente, y éste se llama Autocid Ford Burgos. Es la premisa del ViveMenorca, que suscribe en su interior una muy propia versión del Carpe Diem, y a su modo parafrasea la locución latina orginaria del poeta romano Horacio para afrontar una de las citas más capitales de su trayecto en varias semanas.
Si el grupo de Olmos es capaz de desgranar uno más de los muchos efectivos capítulos ofrecidos al cobijo de su particular búnker (correctísimo 13/15 en Bintaufa) y supera al conjunto de Andreu Casadevall, opositará en el tramo final de la fase regular a la mismísima tercera plaza de la tabla, muy viable por el inesperado tropiezo de La Laguna ante el Mallorca.
Acerca de eso, cualquier cábala o ecuación posible reclaman, bajo cualquier concepto, una victoria hoy (Pavelló Menorca, 18:15 h) y esperar acontecimientos en la jornada siguiente (en que canarios y burgaleses se enfrentan entre sí).
La coyuntura no se presenta en ningún caso sencilla, en tanto que el Burgos, que aventaja al Menorca en dos triunfos (19/11, cuarto puesto), se distingue por ser uno de los bloques más completos y profundos de la liga, aderezado con exponentes de primer nivel como el ala-pívot de Missouri Zach Morley (17.2 puntos y 19.2 de valoración de promedio), el interior Peter Lorant, Alberto Miguel (ex del Menorca), Chris Hernández (con problemas físicos, duda hasta última hora) o Jason Blair. En su cuidado estático y su segura defensa ha dormitado el origen de la fabulosa racha trazada entre las jornadas 16 y 25 (diez triunfos sucesivos)