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El Bluesville, sala de conciertos ubicada en sa Llonja, recupera su música en directo después de casi 18 días. Ayer viernes, de hecho, sonaron los acordes de Gnaposs.
El conflicto surgió por su licencia, datada de 1998, que se había quedado obsoleta con los nuevos criterios administrativos de Cort, sobre los que los técnicos del Ajuntament les advirtieron el pasado mes de diciembre.
Inicialmente, todas las alarmas sonaron en el entorno del Bluesville, sus músicos habituales y sus seguidores. Los rumores, que se extendieron por toda la ciudad, apuntaban a que la sala tendría que cerrar, pero no ha sido así. El Ajuntament de Palma sólo les sancionó parcialmente y vetó, desde el pasado 12 de marzo, la celebración de conciertos hasta que la licencia estuviera acorde con el nuevo reglamento. Ignàsi Simó, programador musical y propietario del establecimiento, explicó: «Teníamos la licencia café-concierto del 98, pero nos dieron otra con la que también podíamos hacer música. Ahora bien, han cambiado los criterios y nos teníamos que adaptar».
Esa adaptación implicaba mejorar la insonorización del local, construir una salida de emergencia con doble puerta, renovar las medidas contra incendios y modificar la posición de los aparatos de aire acondicionado, entre otras cuestiones.
La propiedad del establecimiento tiene un mes para terminar el conjunto de modificaciones y entonces alcanzarán la licencia necesaria. Sin embargo, Cort ya les ha levantado la sanción para volver a hacer música en directo en la Semana Santa.
Al final, sólo han tenido que suspender un 15% de los conciertos programados antes de la sanción.