Los niños saharauis esperan en el aeropuerto a las familias con las que pasarán el verano. | Teresa Ayuga

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El programa humanitario Vacances en Pau, organizado por la Associació d’Amics del Poble Sahrauí de les Illes Balears, ha conseguido que este verano 97 niños provenientes de  los campos de refugiados de Argelia puedan disfrutar de unas vacaciones tranquilas en compañía de familias de acogida.


 A primera hora de la mañana, los niños, somnolientos y cansados por el viaje, comenzaron a pasar de uno en uno a conocer a las que se convertirán en sus familias durante estas vacaciones. Unos 50 niños repiten la experiencia en el mismo hogar que el año pasado, mientras que el resto aterrizó en la Isla con muchos nervios y emoción por saber cómo será su estancia. Muna es una pequeña de 12 años que vivirá su primer verano en Mallorca: «No sé cómo será mi familia, pero tengo muchas ganas de conocerlos. Tengo ganas de ir a la piscina y bañarme en la playa», decía Muna.


 Las familias también estaban nerviosas, esperando en la sala contigua. Malena Galmés lleva años acogiendo niños durante la época estival. «Este año tendré en casa a Chenua, de 10 años. Para ella es la primera vez que sale del campamento donde vive. Para mí la experiencia de tener un niño saharaui es espléndida, muy enriquecedora. Es enorme la cantidad de cosas que te enseñan y que tú aprendes de ellos». Pilar Galmés y Bartolomé Nicolau son una pareja que este año,  por primera vez, acogerá en su hogar a un niño saharaui. «Unos amigos tuvieron  un pequeño el año pasado y nos dijeron que era una experiencia muy gratificante, entonces nosotros lo hablamos y decidimos  llevarla a cabo. Cuidaremos de Abdareman, de 10 años. Estamos contentos con la decisión y esperamos que todo vaya bien, aunque intentamos crearnos expectativas», comenta Pilar.